¿Qué pasa con Román?

   En el empate de ayer, ante Godoy Cruz 1-1 en la Bombonera, no pasó para nada desapercibida la opaca actuación de Riquelme. Y lo peor es que esto no sorprende, dado que no es la primera vez que esto sucede en el torneo. En La Nación de hoy, Martín Castilla, hace hincapié en esto. La nota completa está acá.

    Lo que sí sorprende es el tiempo que ha dispuesto Román en esta ocasión para recuperarse físicamente. No jugó ante Tigre, para preservarse de un posible desgarro y después estuvo el parate producto de la disputa de los partidos por las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2010.

   En la nota de La Nación, si bien no descartan problemas físicos, sobre todo al tema motivación. No lo podemos descartar, obviamente, y sobre todo porque los hechos parecen indicarlo.

   Sabido es que siempre, ante partidos decisivos o rivales de envergadura, el rendimiento de Román siempre ha tenido un plus, plus decisivo en la mayoría de los casos. Lo llamativo, hoy por hoy, es la abulia y la falta de involucramiento en el juego que presenta en la mayor parte de los partidos que ha disputado. Excepción clara, y tal vez la que confirma la regla, ha sido el partido contra Argentinos Juniors, en ocasión del entredicho con Maradona, con toda la Bombonera esperando dar su apoyo al ídolo actual y vigente.

   Desde acá hemos apoyado y lo seguiremos haciendo de manera absoluta a Román. Es de esperar un rápido mejoramiento de su juego, por el bien del equipo y porque es demasiado importante al punto que toda el andamiaje armado por el técnico gira a su alrededor y se resiente demasiado con bajas actuaciones suyas.

    Si es cierto lo de la falta de motivación, el problema es grave, porque solo empezaría a solucionarse a partir de la disputa de los octavos de final de la Copa, pues en el campeonato estamos quedando paulatinamente cada vez más lejos de la punta. Eso si, seguramente dentro de dos fechas, no van a faltar motivos para la gran motivación, cuando la muchachada de Núñez, visite la Bombonera, precedidos seguramente de una catarata de "gordas" declaraciones. Será una buena ocasión para demostrar lo acertada o equivocada de la teoría que hoy esboza La Nación y que compartimos al menos en sus trazos más gruesos.