Acabamos de perder hace minutos con Godoy Cruz 3-2 como locales.
Lo perdíamos de entrada con el error más infantil de Cáceres en toda su carrera.
Lo empatamos terminando el primer tiempo con un bien polémico cobrado por el línea por cabezazo de Battaglia.
Se fue Román lesionado al término del primer tiempo y fue reemplazado por Marino.
Lo ganábamos en el segundo por gol de Medel, que coronaba así su mejor partido en Boca, pero lo echaron unos minutos más tarde.
Tuvimos muchas situaciones para liquidarlo. Pero Noir es un pibe todavía y Martín, todo sacrificio, toda lucha y voluntad, estuvo en una de esas tardes en que no la puede embocar. Y hoy si que tuvo situaciones.
Lo empataron con un penal, que solo el espíritu de compensar un eventual error en el primer gol de Boca, pudo hacer cobrar.
Con diez y el partido empatado, quizás era el momento de enfriar la cosa y asegurar el punto. No. Fuimos a buscarlo, a cambiar golpe por golpe. Pudimos ganarlo. Lo perdimos en una contra fulminante. Pudimos perderlo antes. Lo perdimos en el último minuto.
Sobró actitud. No alcanzó. Hubo algunos buenos rendimientos individuales. No alcanzaron. Perdimos de nuevo. Seguimos sin ganar en La Bombonera. Los objetivos se alejan progresivamente. Se vienen tiempos muy tormentosos.
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