27/4/22

Necesario e insuficiente

 Hay compromiso, hay ganas, hay intenciones. Sin eso nada se puede lograr. Solo con eso tampoco. Boca es un equipo espeso, lento, previsible, en el que por largos momentos los jugadores ocupan lugares incomprensibles o poco productivos y los largos minutos durante los que sucede dan cuenta de falta de indicaciones desde el banco y también de falta de inteligencia y visión de juego de los mismos. 

Por caso, anoche, luego de absorver el tempranero gol del local, con todo lo que eso implica en cuanto a fervor y entusiasmo del mismo y del estadio (ellos venían de una dura derrota en el clásico local), vimos a Pol y Romero jugar como dobles 5 casi pegados a los centrales, con Medina casi de extremo derecho. Los ataques así se iniciaban no solo lejos del arco rival, si no que al carecer de escalas intermedias terminaban en lanzamientos largos y previsibles a Vázquez o Salvio (el único que se las ingenió para generar algo). Encima, con ese tipo de juego, es imprescindible ir a la segunda pelota con ímpetu para generar desde allí. Boca no lo hizo es más generalmente no lo hace.
Recién avanzado el segundo tiempo con el ingreso de Varela por Ramírez (perdido en la cancha) y el de Zeballos por Medina las posiciones se reacomodaron con algo de lógica. Esto coincidió con el retroceso y la pérdida de intensidad de los brasileños y al menos ópticamente, Boca tuvo el dominio de pelota y terreno, pero sin preocupar nunca seriamente al rival. Bastó un contragolpe de estos (su única llegada en el segundo tiempo) para liquidar la historia
Panorama muy complejo en todos los aspectos. Desde los números estamos obligados a ganar los 2 en casa y rascar algo en Bolivia. Desde el juego, nada de esto se puede garantizar. Estamos para clasificar raspando en la última fecha, caer a la sudamericana o incluso el papelón de quedar afuera de todo. Todas las opciones están abiertas. El soplo de tranquilidad logrado el sábado desapareció. A lidiar con esto

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