Ya sabemos como es la Copa Libertadores. Ya sabemos que el rival más fácil en la previa te puede complicar y hasta eliminarte. Pero, dadas las circunstancias que se vivieron anoche, el triunfo de 2-0 (gracias al cabezazo in extremis de Pipa) se quedó corto, y fue una lástima, porque en un grupo que pinta muy parejo, una goleada de 4 o 5 goles, que se merecieron, pudo ser de mucha utilidad.
Pero no es momento de llorar sobre la leche derramada. Costó en el primer tiempo. Como se suponía los bolivianos se agruparon atrás y buscaron alguna contra veloz, aprovechando los espacios. También como se suponía, Boca fue ambicioso. Con los centrales parados casi en campo rival, con los laterales subiendo contínuamente, con Pol como eje (no fue su mejor partido) y Romero moviendo los hilos, con un buen desempeño de Ramírez, y con el Changuito Zeballos encendido en el esa etapa inicial. Y justamente una apilada del Changuito en el área rival fue la que destrabó el resultado y el desarrollo al dejársela servida a Benedetto para que abra el marcador. Luego de eso, tampoco los visitantes se adelantaron y siguieron su plan de juego. Pero sobre el final de la etapa, violenta patada de uno de los volantes bolivianos, expulsión y el partido sufre un vuelco de cara a la segunda parte.
Antes de iniciarla, otra mala noticia del lado de las lesiones. Se desgarró Rossi y tuvo su bautismo copero Brey, arquero de 19 años, recién llegado de Los Andes y con buenas actuaciones en la reserva. Eso si, nos quedamos con ganas de verlo atajar siquiera una pelota porque los bolivianos ni llegaron ni patearon al arco en el segundo tiempo.
Un segundo tiempo que fue un monólogo de Boca, ante un rival que no atinaba a atacar y que tampoco se defendía sólidamente. Levantó y mucho Toto Salvio, se movió mejor Benedetto, bajó algo su nivel Zeballos y fue reemplazado por Vázquez, y entre este y Salvio malograron no menos de 7 u 8 situaciones claras de gol, algunas por mala puntería y otras por buenas intervenciones de un arquero que terminó siendo figura. Así pasaban los minutos y el triunfo por la mínima llenaba de preocupación, por cualquier evento en el partido y pensando en lo que viene. El cabezazo de Pipa en tiempo de descuento trajo algo de tranquilidad, que no deja de lado el lamento por lo que pudo ser más contundente.
Ahora en la Libertadores se para una semana (habrá fecha de copa local entre semana) y cuando se reanude, tocará viajar a Brasil y Bolivia. En esos dos partidos prácticamente nos jugaremos la clasificación. Se irá por resultados positivos que encarrilen el tema. Vamos Boca.
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