Previsible y esperable. Así como hace unos días la Bombonera respaldó masivamente a Riquelme, luego del entredicho con Maradona, que derivó en su renuncia a integrar la Selección, se preveia en el día de ayer un amplio respaldo al técnico de la Argentina.
Y así fue. Un público mayoritariamente hincha de otros equipos, respaldó con banderas y cánticos a Maradona, principalmente, cuando un pequeño grupo de hinchas venezolanos, conocedores de este enfrentamiento comenzó a corear el nombre del 10 Xeneize.
Seguramente la mayor parte de los que ayer atacaban a Román y coreaban a Maradona, se cansaron de cuestionarlo y silbarlo en los malos momentos de su vida. Seguramente serán los primeros en cuestionarlo cuando las cosas en la Selección no vayan de la mejor manera. Así es el fútbol y así somos los argentinos.
Es de esperar que este haya sido el último capítulo de un novelón tonto, inesperado e innecesario. Ojalá que Diego tenga el mayor de los éxitos y en el futuro sea recordado como el mejor jugador de todos los tiempos y el mejor técnico de la historia. Y ojalá también que Román nos siga regalando, a todos los bosteros, su fútbol exquisito y que bajo su conducción sigamos acumulando vueltas olímpicas.
Que así sea.
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