Terminó siendo una tarde redonda. Todo terminó como se preveía, y siempre prevemos los mejor para Boca, aunque no siempre se concrete.
La Bombonera repleta, la primer expectativa de la tarde, era la salida del equipo y el recibimiento a Román. El palco más observado, vacío, como ya se había anunciado, ¿seguirá vacío mucho tiempo más?. La ovación de todo el estadio acarició los oídos y el alma de Román. Los trapos diseminados por el estadio, mimaron sus ojos y su ego. El veredicto de la gente de Boca fue casi unánime. Apoyo total al ídolo de estos tiempos. Y, por suerte, silencio respetuoso hacia la figura del Diego, y algunos cánticos aislados en contra de la selección de fútbol, que no dejan de ser un tiro por elevación a él.
Y el ídolo mimado, respondió a la segunda expectativa de la tarde, cual sería su nivel de juego, con un muy buen partido, sin dudas el mejor en lo que va del año, si bien todavía lejos del mejor Román, pero sin dudas en el camino correcto. Muy movedizo para escapar a las marcas y buscar los espacios y con esa claridad que lo caracteriza para encontrar el pase justo, al compañero exacto.
La tercer expectativa de la tarde era el nivel del equipo todo. Cómo se había asimilado el golpe de la derrota ante Independiente y como había repercutido hacia el interior del plantel el affaire Román-Diego. Y también esta expectativa se saldó en forma positiva. Buen partido del equipo, mucho movimiento, mucho más punzante que en otras ocasiones. Con el doble 9 de Palermo y Lucho, que funcionó bien, sobre todo con Martín saliendo del área y jugando de ¡¡¡asistidor bochinesco!!!. Qué gran jugador es Martín, un gran jugador que muchas veces es opacado por el inmenso goleador que es. La asistencia a Figueroa en el segundo gol y el toque de taco, habilitando a Rodrigo para convertir el tercero, fueron de una excelencia y efectividad, que si hubieran sido efectuadas por cierto delantero de otro equipo, muy promocionado e inflado mediáticamente (ojo, no confundir gordura con hinchazón), ya habría una revolución pidiéndolo para la selección.
Muy bien la defensa, con Forlín jugando a gran nivel y convirtiendo el primer gol, y Cáceres no desentonando a su lado. Bien el medio, con gran despliegue de Vargas y Benavídez, si bien no hizo olvidar a Seba Battaglia, rindió más que correctamente.
Resumiendo, vimos tal vez el mejor de los ocho partidos oficiales jugados hasta ahora, quizás el rival no fue el más exigente (Arg. Jrs aún no ganó en el torneo), pero si es el comienzo de un camino ascendente en nivel y en resultados, todavía estamos a tiempo de escribir una linda historia en este semestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario