9/3/09

Difícil de entender, difícil de explicar

Que difícil se me hace explicar, pero también entender esta derrota de Boca a manos de Independiente por 2 a 0 en la tarde de ayer.
Más que nada porque todo partido, en el clima previo, y sobre todo en el comienzo del mismo, muestra señales de lo que va a acontecer. Y las señales tanto antes como al comienzo, marcaban una tarde tranquila para Boca.
Un inicio con el equipo bien parado, dominando el medio campo, con Mouche imparable, con Palermo bajando unos metros y pivoteando, con Gaitán rápido para encarar, con la suba de Morel, con la de Ibarra, el local se veía obligado a refugiarse en su campo y a intentar esporádicas contras de escaso valor en ese lapso.
Pero a los 20 minutos se produce un punto de inflexión que ayuda a entender. El árbitro se manda el primer error decisivo al expulsar a Mouche, por doble amarilla (cosa que le tuvo que marcar el línea, porque a pesar de ser el único amonestado en ese momento y que esa amonestación se había producido 10 minutos antes, Pezzota no lo tenía registrado), en un roce y amago de protesta más que común. Demasiado a la vista quedó, que si hubiera recordado la primera amarilla, el árbitro no hubiera mostrado la segunda.
Y si bien, el quedar con 10 jugadores no trajo consecuencias en el primer tiempo, que siguió con la misma tónica de dominio Xeneize hasta el final, sí fue determinante en el segundo tiempo, cuando a los 10 minutos, luego de una pésima cesión de Gaitán en el medio, que deja a la defensa a contrapie, Montenegro marca un verdadero golazo, candidato serio a gol del campeonato, Independiente pasa a ganar.
Ahí, si, con 10 hombres, obligado a ir más y a desguarnecerse atrás, empezaron los problemas serios. Estaba Román en cancha desde el inicio del complemento, en lugar de un tibio y inexpresivo Gracián, pero Román no fue mucho más que el Tano. Y es realmente preocupante el nivel actual de Román, cosa que ya expresó hace unos días Diego Maradona. Ingresó Lucho, por un errático Gaitán, más tarde entró Viatri y se juntaron 3 centrodelanteros en cancha, cuando el partido pedía desborde por afuera. ¿Por qué Ischia, no puso a Noir en el banco y sí a dos ¨9¨?, la respuesta o la más aún la falta de respuesta a este simple interrogante puede ayudar a entender el resultado.
Y para completar el cuadro de la tarde, el segundo error garrafal de Pezzota, sancionado penal una clara falta en ataque, basquebolísticamente hablando, al Pato. Y si fue penal, ¿por qué no hubo tarjeta para el arquero?, solo el lamentablemente nivel técnico del arbitraje argentino permite entender esto.
Después fue el ir al frente como sea, las contras cada vez más peligrosas, la expulsión de Battaglia, correcta, ojalá siempre el foul de atrás sea expulsión, ¿no, Pezzota?, el floreo y toquecito del Rojo, el humillante ¨ole, ole¨, que bajaba de una tribuna que no destaca precisamente por el ¨aguante¨en las malas.
En fin, una derrota muy dolorosa, por varias razones. Por haber sido en un clásico que no se perdía desde hace 5 años, por la actualidad de uno y otro y sobre todo por las implicancias que puede tener a futuro en el torneo, máxime cuando se han perdido ya, 3 partidos sobre 5 jugados, demasiado malo el arranque para las expectativas previas que todos teníamos

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