Cuarenta y tres minutos del segundo tiempo. El partido se iba en un largo bostezo. Bostezo que llevaba demasiados minutos. Triple combinación entre Figueroa, Mouche, Riquelme, Mouche, centro, Lucho, cabeza, gol y a cobrar. Triunfo más que importante en Táchira. Boca no ganaba por fase de grupos, como visitante desde la Copa Libertadores 2005. Un equipo argentino no ganaba en Venezuela desde marzo de 1996 (Boca, en ese lapso, solo enfrentó en la Copa pasada al Maracaibo 1-1), ningún equipo argentino hasta ahora, en esta Copa había ganado de visitante. Y sigue el invicto histórico entre Boca y los equipos venezolanos.
Triunfo más que importante, amén de estos datos estadísticos, por el hecho de asegurar la punta en soledad y ante la perspectiva de enfrentar en los próximos dos partidos a Guaraní de Paraguay, a priori, el rival más accesible de esta fase, con lo que se podría asegurar la clasificación dos fechas antes del final.
El partido fue monótono, con Boca plantado en ataque, con dominio de pelota, en una cancha rápida y de pasto alto. Táchira buscó la salida rápida y trató de complicar con velocidad y tiros de media distancia.
Algunos sofocones en el arco propio y algunas llegadas, la más clara, un cabezazo de Viatri en el palo y el partido se deslizaba hacia un empate clavado, con la aparente conformidad de los dos equipos. En cambios sucesivos Ischia mandó a la cancha a Pablo Mouche por Noir, a Gracián por Gaitán y a Figueroa por Viatri. Y a los 43´ la jugada que describimos al comienzo. Una vez más jugadores ingresados un rato antes definen un partido. Una vez más cambios ofensivos que muestran que Boca siempre y en cualquier cancha busca los tres puntos, más allá que no siempre los consiga. Una vez más la mano del técnico se hace presente. Una vez más, ¿y van?....
No hay comentarios:
Publicar un comentario