1/8/19

A cuartos y al tranco

Había que confirmar la buena actuación de la ida en Brasil. Y había que estar muy atentos porque el rival vendría a torcer la historia y hace poco nos había demostrado que tenía con que hacerlo. Pero Boca logró el objetivo casi sin despeinarse.
Se ganó con claridad 2-0, con una claridad que no refleja el marcador, y si algo se le puede objetar al equipo fue la baja efectividad en relación a las muchas (no menos de 8) opciones claras de gol. La gran actuación del arquero rival, algún defensor que sacó en la línea y la mala puntería de Wanchope, Mauro y Alexis conspiraron para que no fuera goleada.
A pesar de lo estrecho del marcador (el segundo gol llegó en tiempo de descuento) la clasificación nunca estuvo en riesgo. Se jugó al ritmo y de la forma que propuso Boca. Una mezcla de presión alta sobre la salida del rival y el repliegue en propio campo cuando no surtía efecto dicha presión. Salida rápida y vertical, por la derecha el despliegue de Nandez (se despidió con dos grandes actuaciones) y luego Salvio que será su reemplazo a partir de ahora, juego interior con Alexis que desde la izquierda se vuelca al medio y "dialoga" con Mauro que va suelto por todo el frente de ataque. Cumplió y con creces el pibe Capaldo como ladero de Marcone (¿ese será el lugar de Daniele De Rossi?). La defensa muy sólida y Andrada, de escaso trabajo, dijo presente las dos veces que se lo requirió con riesgo.
Queda a la vista que Alfaro utilizó el primer semestre como banco de pruebas. Parece haber quedado atrás la época de las pruebas, de los 4-3-3 o 4-2-3-1. Se asienta el equipo en un 4-4-2 definido. Y al momento de tomar decisiones de nombres propios, Weingadt le ganó la titularidad a Buffarini, Más está por sobre Fabra, Salvio será el reemplazo de Nandez, Mc Allister está por sobre Bebelo y Mauro desplazó a Carlitos. El escudo por delante de los nombres, como ya lo había dicho hace unos meses.
El esquema está, 4-4-2, con solidez defensiva y juego vertical. Puede gustar o no, los líricos y amantes del viri-viri se opondrán. Se busca solidez defensiva y parece que se ha logrado (global de 3-0 vs Paranaense cuando en zona de grupos nos metieron 4 goles) y está ya la columna vertebral. Quedan dudas, claro que si, a saber:

  • ¿Cuál será la pareja de centrales cuando esté recuperado Licha López? Suponiendo que él será titular, ¿perderá el lugar Alonso pese a sus buenas prestaciones o saldrá Izquierdoz, el vice capitán?
  • ¿Más es definitivamente titular de Fabra?
  • ¿Buffarini cuando esté a pleno físicamente entrará por Weingadt?
  • Tres puestos parecen claros entre los 4 del medio, Salvio, Marcone y Mc Allister. Queda 1. ¿Será para De Rossi junto a Marcone? ¿O el italiano jugará en el doble 5 con Capaldo o Campuzano? Parece difícil que se dé esto último.
  • Wanchope se perfila como el 9 titular, pues Hurtado no parece que se quede con el puesto por ahora, pero Boca por un centrodelantero. Se habla de Boselli y ahí pareciera que Wancho puede imponerse, pero, ¿y si viene una figura?

Pero estos detalles y dudas que se irán resolviendo con los días de cara al 20 o 21 de agosto en que se jugará en Quito. Ahora toca disfrutar con tranquilidad que una vez más estamos entre los 8 mejores de América, sana costumbre desde el 2000. Desde esa fecha Boca ha disputado 15 Libertadores (incluida esta) y a pasado a cuartos de final en 13 oportunidades. Excepciones en 2009 y 2015 cuando se cayó en octavos de final.
A esperar tranquilos y con confianza. Lo mejor está por venir

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