22/8/19

Mucho Boca

Boca se trajo un triunfo histórico desde Quito y quedó con un pie y medio en las semifinales de la Copa Libertadores. Se ha vuelto a ganar en la altura de Quito después de la friolera de 54 años, cuando por la Libertadores de 1965 se venció 2-1 a Deportivo Quito. 
Cuando desde acá humildemente nos conformábamos con volver a Buenos Aires con la serie abierta, resulta que Boca se vuelve con la serie prácticamente liquidada luego de ganar 3-0 como visitante, en un partido que se puede resumir como perfecto.
¿De qué otra manera calificar lo que se vio en los 2700 mts. de Quito?. Perfecto desde la planificación que desafió el "manual de como jugar en la altura" de los equipos argentinos, desde el planteo de juego, desde los cambios que se realizaron, algunos programados, uno imprevisto, y sobre todo perfecto desde el juego del equipo todo, sin puntos bajos y con varias actuaciones para enmarcar.
Alfaro viajó el martes a Ecuador, directamente a Quito y llovieron las críticas por hacer eso. Todos los equipos argentinos llegan lo más tarde posible a la altura, incluso pagando una multa por no estar 24 hs antes y optan por concentrar en el llano de Guayaquil. Los resultados, por lo general, de esta forma de encarar "el fantasma de la altura" son más bien pobres. Alfaro por lo tanto, previa consulta según él contó en conferencia post partido, consultó con médicos, preparadores físicos, técnicos y jugadores que han entrenado y jugado en la altura en las ligas de Ecuador, Perú y Bolivia, amén de ver que los equipos brasileños usan este mismo camino, se adelantó y entrenó el día previo en la altura. Se tuvo en cuenta utilizar tapones mixtos para agarrarse a un pasto que estaría más que húmedo, o sea, se estuvo en todos los detalles grandes y pequeños. Como ya había adelantado luego ganarle a Aldosivi se buscó un equipo con tenencia de la pelota y que le cortara los caminos al rival, sobre todo los entre líneas que ellos aprovechan con mucha velocidad. De ahí el equipo que armó.
Boca salió a jugar con un 4-1-4-1, con Marcone como volante tapón por delante de los centrales, con Mauro por izquierda y Mc Allister suelto por delante de Salvio-Capaldo-Zárate, arriba Wanchope solo para chocar y pivotear sobre los centrales rivales. Y Boca incomodó a Liga, que nunca encontró los caminos. Además el fútbol tiene imponderables que a veces juegan a favor. Se lesiona Mauro a poco de comenzar y Alfaro manda a la cancha a Bebelo (cuando todos pensaban en Carlitos) y el cordobés fue decisivo. 
Es rara la altura. Hubo jugadores que jugaron como si estuvieran en el llano, como Capaldo y Wanchope que corrieron todo el partido, y otros como Salvio, que hace un año con la Selección corrió todo el partido, salió fundido promediando el complemento.
El gran partido de Boca se sustentó además del rendimiento colectivo en muchos puntos altos. Andrada sumó su sexto partido al hilo sin recibir goles. Otra actuación sobria, con dos tapadas en mano a mano y excelente iniciando las salidas rápidas con verdaderos pases largos. Licha López tuvo un partido impecable, bien acompañado por Izquierdoz, por derecha Weigadt cumplió con creces y por izquierda Más fue tal vez lo más bajo del equipo, complicado por Valencia y sin peso en ataque. En el medio, Marcone jugó su mejor partido desde que llegó, bien ubicado, firme en la marca y claro en la salida, Mc Allister brilló siendo rueda de auxilio en la salida y poniendo pelotas importantes, Salvio no tuvo su mejor tarde pero cumplió y Bebelo tuvo una gran actuación, no solo con un consagratorio gol de tiro libre sino asociándose al juego y sosteniendo el ritmo. Por último, el descollante partido de Wanchope. Es increíble que con su contextura física y en la altura haya corrido como corrió y con la claridad que hizo todo. Marcó el primer gol, falló otro por centímetros, inició la jugada de un tercer gol que no fue válido porque estuvo adelantado por centímetros y a los 80 minutos de juego, cuando el apunamiento hace estragos, presionó al último hombre en una pelota larga, se la quitó, enfrentó al arquero y tuvo la suerte que el rechazo de este pegó en Caicedo que cerraba y fue el tercer gol. Por lejos su mejor actuación y decisiva como pocas.
Se sabe que en el fútbol nada está decidido hasta que el arbitro marca el final, pero hay que pensar en una catástrofe histórica para que Boca no selle la semana próxima su presencia en semifinales. Después de ver lo que rindió el equipo en Curitiba y en Quito, el que sea rival tendrá que hamarse y mucho para evitar que Boca sea nuevamente finalista. Falta para eso, pero las sensaciones no pueden ser mejores. 

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