El objetivo se cumplió con solvencia, Boca pasó sin sobresaltos a la semifinal de la Copa Libertadores como ha sucedido en 4 de las últimas 5 participaciones. Lo hizo con un global de 3-0 luego de empatar sin abrir el marcador en un partido chato y anodino, en el que Liga no tenía con que darlo vuelta y Boca no buscó forzar el ritmo.
Pero aún sin forzar el ritmo se sufrieron dos lesiones musculares que se lamentan y mucho de cara al clásico del domingo, Salvio y Wanchope debieron salir por sendas lesiones que recién mañana se sabrá su magnitud. Por lo que se vio se puede inferir que es más brava la de Salvio, pero habrá que esperar.
El partido no deja demasiado para el análisis. Uno quiere creer que esta versión deslucida de Boca (casi un calco de la fallida actuación con Almagro por Copa Argentina) se debió a la comodidad del resultado conseguido en Quigo y a la inminencia del clásico. Lo cierto es que se vió un Boca utilitario, que solo por momentos intentó forzar el ritmo, que abusó de pelotazos desde el fondo y que si hay que buscar una figura hay que resaltar el trabajo de Carlitos, por entrega e inteligencia para moverse.
Un partido que será rápidamente olvidado y ahora resta enfocarse en lo que se viene. Para la semi falta más de un mes y en ese lapso se vendrán partidos importantes para mantener la punta en la Superliga, pues luego del clásico del domingo y del parate por fecha Fifa se vendrán Estudiantes y San Lorenzo.
El rival para la semifinal lo sabremos mañana. No se elige ni se prefiere ninguno. Al que venga habrá que sortearlo. Y hay con que hacerlo.
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