Insólita eliminación de Boca en los 16 avos de la Copa Argentina. Ante un rival entusiasta pero de una jerarquía mucho menor, cayó por penales por sus propia culpa, por sobrar un partido que se presentó más que accesible y por patear los penales (3 errados de 4 pateados) con la misma desidia con la que se jugó el segundo tiempo.
Más que una luz amarilla un reflector color mostaza para lo que viene por delante. Con que se juegue menos de la mitad de lo mal de lo que se hizo en el segundo tiempo de anoche nos venimos de Quito virtualmente eliminados.
Y eso que todo pintaba para fiesta. El debut del Capitano no pudo ser más auspicioso. Bien ubicado, pensante, toques de primera, pelotazos de 40 metros que fueron pases al pie y el debut en la red producto de un cabezazo en un corner. Mejor imposible.
Pero sus compañeros no se contagiaron. Si bien en el primer tiempo Boca jugó razonablemente bien (sin perder de vista que el rival es de una categoría menor, venía sin competencia oficial y cambiando a casi todo el equipo titular), sin problemas defensivos y generando no menos de 5 chances claras de gol, una vez conquistado este por Daniele parecía que resolver el trámite era cuestión de minutos. No fue así el repunte de Almagro en los últimos 5 minutos de esa etapa debió ser un llamado de atención.
No lo fue. Salieron a jugar el segundo tiempo dormidos, y no despertaron nunca. Para muestro basta un botón y fue el empate de Almagro a 5 minutos del final. Un blooper digno de un solteros contra casados que se juegue luego de comer un abundante asado regado por mucho vino. Casi que se chocaron y dejaron pasar un pelotazo llovido Campuzano (había entrado por De Rossi), Alonso, López y el arquero Díaz. Insólito.
Y si algo faltaba era patear los penales como los patearon. Ante un arquero lesionado, pero que llegaba con el rótulo de ataja penales (y que además se adelantó como se le ocurrió ante la pasividad de árbitro y línea) solo Carlitos pateó como corresponde, fuerte y sobre la derecha de un arquero que estaba lesionado en su isquiotibial derecho. Ese fue el primero. Luego Mc Allister hizo un remate más que anunciado a media altura, Hurtado le dió un pase cortido y Salvio la envió a la estratósfera. Mientras Díaz no adivinó siquiera uno de los que tiraron ellos.
Así se coronó una eliminación inesperada y dolorosa. Sobre todo para varios que podían sumar minutos en esta competencia. No será para rasgarse vestiduras ni nada por el estilo, siempre y cuando se tome esto como un severo llamado de atención, toda vez que no fue un equipo alternativo sino que en un 90% son los que jugaran los cuartos de final de la Libertadores. Que haya sido un baño de humildad y no tenga consecuencias negativas.
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