10/8/09

¿Qué harán cuando aparezca la plata?

   Desde hace décadas el fútbol argentino vive entrando y saliendo en crisis cada vez más pronunciadas. Y siempre encuentra algún medio para asomar un poco la cabeza y de paso postergar las soluciones de fondo.

   Allá por la década de 1970 fue la aparición del ProDe (Pronósticos Deportivos), especie de quiniela futbolera creada en 1972 y que fue una tabla de salvación para el fútbol mientras duró su auge.

   A comienzos de los 90´, es la televisión la que comienza a tallar para allegar recursos al fútbol. Poco después, la llamada Ley Bosman, que permitió la movilidad de futbolistas europeos entre los distintos países  de la Unión Europea sin ocupar plaza de extranjeros y que en la práctica significó la explosión de las ventas de jugadores argentinos a Europa (previa adquisición de pasaporte comunitario, cosa bien fácil, porque en este país el que más o el que menos tiene algún abuelo italiano, español, francés, inglés, alemán, etc..), con el consiguiente ingreso de dinero fuerte.

  Antes, durante y después de estos sucesos, siempre hubo distintos salvatajes, préstamos, concesiones, etc.. que permitieron ir capeando las crisis sin hacer casi cambios en la manera de conducir los clubes y por supuesto volviendo a caer cíclicamente en ellas.

  En 1999 la situación parecía terminal, a punto tal que en julio de ese año, los presidentes de los clubes acordaron en el predio de la Afa, en Ezeiza, una serie de reformas que se dieron en llamar el Pacto de Ezeiza. Allí se acordó el saneo integral de las instituciones, la presentación obligatoria de balances y presupuestos al inicio de cada temporada, el control suprafutbolístico de estos por entidades especializadas y el castigo deportivo para aquellos que no presentaran las cuentas saneadas al comienzo de cada temporada (llegándose al descenso automático llegado el caso). Demás esta decir que a diez años vista de aquello nada de esto se implementó. Pero tres años después llegó la devaluación sideral del peso, las deudas de los clubes se pesificaron, los ingresos se multiplicaron por tres y hasta por cuatro y por ende los clubes volvieron a respirar y los cambios a aplazarse.

   Exactamente una década después se repite la situación. Los clubes en total deben la friolera de 700 millones de pesos (siendo la Afa, el principal acreedor), casualmente la cifra que aproximadamente le reclama Grondona a la televisión, bajo amenaza de romper el contrato que vence en 2014 y vendérselo a un sociedad televisiva estatal que sí estaría dispuesta a pagarlos. Se supone que detrás de todo esto está el público enfrentamiento entre el gobierno y el Grupo Clarín, principal poseedor de los derechos televisivos, y por si fuera poco la necesidad de Grondona de ponerse del lado del gobierno para que este le autorice la aparición del Prode Bancado, la nueva criatura que pergeña el mandamás de la Afa, esto es las apuestas deportivas por internet.

   Seguramente de un lado o del otro, el dinero aparecerá. El negocio es lo suficientemente grande o al menos lo son las motivaciones políticas que lo justificarán. El asunto es, ¿se adoptarán modificaciones de fondo en el funcionamiento de los clubes para no volver a repetir esta crisis en unos años?, por ahora, como en el film de María L. Bemberg, “De eso no habla”, ¿se hablará en algún momento?, los antecedentes y la historia nos muestran que hablar se hablará, pero que nada de fondo se hará y el circo seguirá funcionando hasta la próxima crisis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario