Dinámica de lo impensado

  

     Y si, amigo bostero, los grandes en lo suyo por algo son grandes. Hace mucho, un verdadero grande como Dante Panzeri definió al fútbol como “la dinámica de lo impensado”. Y vaya si ayer en la Bombonera se le dio la razón.

   Decí la verdad amigo bostero, si después de las caras nuevas, del D.T. nuevo, de la gira y el partido con Vélez del jueves, este debut contra Argentinos Jrs. no parecía un mero trámite.

  Decí si no te ilusionaste los primeros quince y pensaste, cuando veías la facilidad con que ganábamos de arriba en el área de ellos que pintaba fácil la cosa.

   Decí si no fue impensado como de a poquito ellos coparon el medio, empezaron a llegar y nos emboca de cabeza el más petiso entrando entre los centrales nuestros.

   Y si no  fue más impensado aún que no solo no los metimos contra el arco en todo lo que quedaba del primer tiempo, sino que nos vuelve a embocar de cabeza otro petiso, otra vez entre los centrales.

   Decí si no se te pasó por la cabeza un “otra vez lo mismo, otra tarde perdida en la Bombonera”.

  Y cuando viste que entraba Marino, decí la verdad, pensaste, ¿qué vamos a dar vuelta con este?

   Pero como lo impensado seguía, ese Marino que en su paso por anterior jugó 40 partidos y marcó 2 goles, en este retorno, mete la misma cantidad en 6 minutos.

   Decí si entonces no volviste a pensar “listo, los cocinamos”.

   Y a los 10 minutos Mouche revienta el travesaño, y el tercero estaba al caer….

  Y lo impensado volvió. Argentinos se recompuso, ya no volvimos a llegar con facilidad, no los ahogamos y el partido se fue muriendo lentamente en un 2-2 clavado.

   Y así paso el debut en el Apertura, tuvimos todo para ganar, tuvimos todo perdido, lo empardamos en una ráfaga y no lo pudimos asegurar.

  Para anotar con vistas al futuro: Battaglia-Rosada dan mucho más equilibrio al mediocampo. Marino parece ser el reemplazo natural de Román, pues además de su juego asegura no mover al Pocho de la banda izquierda, donde mejor rinde. Sigue faltando trabajo atrás, el centro cruzado es una pesadilla, aunque los que entren midan menos de 1.70. A falta de defensores con caras de malos, se impone que los cara de bueno jueguen con fiereza mayor que la demostrada ayer.