14/6/09

Un partido que resume un semestre

   Noventa minutos que encerraron el camino recorrido durante todo un semestre que empezó con grandes ilusiones y termina con una desilusión total. Del dominio del balón, del ritmo intrascendente, de las escasas llegadas al arco rival y las llegadas nulas al arco propio, hasta terminar con el ole, ole, humillante de una tribuna local que habitualmente lo único que le pide a sus jugadores es que pongan y metan y que hoy vivieron los últimos quince minutos como si estuvieran viendo al Barcelona multicampeón.

   Quién haya visto durante una hora el partido, dificilmente entienda como pudo terminar 3-0 para Racing, con baile incluido y posibilidades netas de aumentar las cifras del marcador.

   Quién haya visto durante una hora el partido, vio, en el primer tiempo, a un Boca que no sufrió prácticamente sofocones, que se banco la presión que en todos lados metió Racing, y que insinúo, no más que eso, que podía llegar con mayor facilidad a comprometer al arquero rival. Solo insinuó porque asistimos a una tarde nefasta de Palacios (otra más) y de Martín Palermo, lejos de la pelota y de las posibilidades. Una llegada de Gaitán, previo pase de Martín en el área y un remate de Román desde afuera, fueron lo más destacable.

   Quién vio el comienzo del segundo tiempo, vio, como en un deja vu, el partido con San Martín de Tucumán de la fecha anterior. Racing sin presión, se refugió en su campo, y Boca con su cansino dominio del balón, parecía tener todo controlado. Le costaba ser profundo, pero así y todo, Migliore sacó un par de pelotas de gol.

   Pero, siempre en estos últimos meses hay un pero, sobre los 17´un error infantil de la zaga central, los dos defensores chocan juntos contra el delantero rival y la pelota deriva a Castromán que define sobre la salida del Pato. Sí, leiste bien, Castromán nos envocó ¡¡Castromán!!, Boca evidentemente está para cualquier ecosa. Al toque expulsado Battaglia, y tres minutos después, una jugada (que nace en un foul a Román en la salida no cobrada) calcada de la anterior y 2-0 para Racing. Cinco minutos después en la siguiente llegada local, 3-0. Locura en la tribuna, el ole ole humillante y la alegría desbordada de un equipo que se rebela ante su destino, que lucha cada pelota como si fuera la última, que deja hasta el último aliento en la cancha. En suma que juega como nos gusta a los hinchas de Boca que se juegue cuando la mano viene cambiada.

   ¿Y Boca?, la antítesis. Se entregó mansito a su destino. No luchó, no peleó, no se enojó. Así es muy difícil torcer el destino. Falta poco para volver a empezar con otra ilusión. Nuevo técnico y plantel renovado. Esperemos que se acierte en las decisiones.

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