Así es el fútbol, que se le va a hacer. No se lleva bien con la justicia. Suele ignorar los merecimientos. Le gusta castigar al que no sabe sacar la ventaja que merece. Y hoy a castigado de una manera excesiva a la Argentina. Solo la ley futbolera que sostiene que los goles que errás en algún momento entran en tu arco puede explicar este 2-0 de Ecuador sobre Argentina.
Los tiempos han cambiado y el fútbol se ha emparejado. Hoy Argentina fue como punto, por su actualidad futbolística, por la de ellos, por la altura, por lo que ha sufrido como visitante en esta eliminatoria. Y enfrente Ecuador que lo recibe con el antecedente de haber “cascoteado” aún sin ganar a Brasil (18 situaciones de gol) y a Paraguay los punteros del torneo.
Hoy no generaron más de 5 situaciones de gol y sin embargo ganaron. Así es el fútbol.
Argentina, creo, jugó el mejor partido de la corta era Maradona. Bien parado. Táctica y estratégicamente impecable. Con buenos y parejos rendimientos en todas las líneas. Pero se vuelve con las manos vacías.
El primer tiempo se jugó como se debía en la altura. Control del balón, equipo corto, bien balanceado y cerrado. Ecuador no inquietó en toda la etapa. Argentina llegó con claridad demasiadas veces para no concretar. Tévez remata mordido cara a cara con el arquero. Messi desvía un desborde de Heinze con el arco vacío. Se juntan Tevez y Messi, penal, patea Carlitos muy mal, Elizaga se adelanta mucho y la saca sobre su izquierda. Igual siguió mejor Argentina el resto del primer tiempo y la primer parte del segundo, donde Gago erra un gol increíble rematando sobre el cuerpo de un arquero caído y vencido.
Y en los últimos veinte minutos, lo previsible. Se cae el ritmo, cuesta más salir, cuesta mucho volver. Argentina estaba aguantando firme atrás y soñando con una contra, cuando una salida en falso desde el fondo, la pelota le rebota a Maxi Rodríguez, la defensa a contrapierna y Ayoví lanza un misil que se clava en el ángulo de Andújar. Vinieron los cambios, entró Verón por Heinze, se la jugó Maradona a buscar el empate, pero ya era tarde. Las situaciones estuvieron y no se aprovecharon. No se volvió a llegar. Y a poco del final, una jugada sucia en el área Argentina, Palacio cayéndose la pone suave otra vez en el ángulo. No hubo tiempo para más. Solo para que en la última jugada otro misil ecuatoriano se estrellara en el palo. Hubiera sido un castigo demasiado grande un tercer gol.
Volvemos con las manos vacías, con la clasificación otra vez muy complicada. Volvemos sin amonestados para el turno de septiembre. Volvemos con la tranquilidad de un buen planteo y un buen partido jugado. Volvemos después de ver notables mejorías individuales. En septiembre se viene Brasil. Nada más ni nada menos. Será a suerte y verdad. Serán tres puntos que valdrán nueve. Será como manda la historia
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