A ver, si antes de empezar el partido, nos ofrecían un 2-2, ¿firmábamos?. Creo que sin dudarlo. Pero, si nos decían, que a los 3 minutos de empezar ganábamos 1-0 con gol del inoxidable Martín Palermo, ¿firmábamos ese empate?. Seguro comenzábamos a dudar. ¿Y si nos decían que pese a que nos empataban en la última jugada del primer tiempo, al comienzo del segundo y por obra y gracia de Palacios otra vez estaríamos al frente?, ¿firmábamos?. Seguro dudaríamos mucho. Pero deberíamos haber firmado igual, porque, como parece que es ley en los últimos tiempos, algo va a pasar en los últimos minutos y otra vez nos quedaremos con las ganas de gritar un triunfo.
Y eso fue lo que sucedió. Nos salvamos en el arranque del partido y a los tres minutos estábamos ganando con gol de Martín conectando de zurda un centro bajo de Gaitán en un corner. A partir de entonces poco y nada de Boca en ofensiva. Defensor Sporting se vino con todo, manejó bien la pelota, dominó el medio y solo nos quedó aguantar en nuestro campo, esperando meter alguna contra que no se produjo. Varios sofocones pasó el Pato y cuando parecía que nos íbamos con el triunfo parcial al vestuario, en la última jugada, en un centro desde la izquierda, Cáceres se deja anticipar en el borde del área chica, la pelota parece que se va, pero sobre la línea es empujada el uruguayo que entraba, gol, 1 a 1, justo por otra parte y a empezar de nuevo en el segundo tiempo.
Y el segundo tiempo trajo buenas noticias desde el comienzo. Gol de Rodrigo Palacios, que aprovecha un defectuoso tiro al arco de Martín, que intenta definir una brutal jugada de Vargas subiendo por derecha. Triunfo parcial y a partir de ahí lo mejor de Boca. Se plantó en el medio, la defensa dejó de sufrir tanto, se manejó mejor la pelota en ataque y se generaron varias situaciones de gol, que en gran parte por las buenas intervenciones del arquero no terminaron en el fondo de la red.
Empezaron a llegar los cambios como para clausurar el resultado. Entró Viatri por un agotado Palacios, entró Krupo por Gaitán para recuperar más en el medio. Defensor comenzó a venirse, no le quedaba otra. Su defensa, bastante frágil cuando se la ataca, quedó mucho más expuesta. Pero el contraataque definitorio no llegó. Y a cambio de eso, cuando faltaban escasos minutos, una avivada en un lateral sobre el área, un centro sin riesgo, una desinteligencia terrible entre Morel y Abbondanzieri, el ingreso por atrás de todos de Vera, gol uruguayo 2 a 2 y se terminó la cosa.
Otra vez el gusto agridulce de obtener un buen resultado, pero haber arañado uno mejor. Otra vez el vaso medio lleno o medio vacío. Si lo vemos medio lleno, debemos decir que vamos hacia una revancha con un resultado más que favorable. Que el próximo jueves en la Bombonera, ganando, empatando en cero o en uno estaremos en cuartos. Parece una buena diferencia. Pero si miramos el vaso medio vacío, debemos decir que se dejó pasar, sobre todo en largos pasajes del segundo tiempo, la oportunidad de liquidar la serie en este partido. Que no podemos confiarnos. Que este equipo uruguayo muy bien plantado del medio hacia arriba, y no tan seguro atrás, va a vender caro el pase a cuartos y vendrá a Buenos Aires con muchas ganas de hacer historia. Y que nuestras últimas actuaciones avalan esa ilusión.
Pero bien sabemos, que con equipo completo, con nuestra gente detrás y con varios resultados a favor, es muy difícil que quedemos afuera en esta fase. Los últimos 6 años sin derrotas en la Bombonera por Copa Libertadores, nos ayudan a afirmar esta convicción.
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