9/2/20

Buena respuesta

Bien dicen muchos que el fútbol es un estado de ánimo, por lo tanto no se puede analizar el presente de Boca sin tener en cuenta el contexto de los últimos años. Y ese contexto marca que venir por detrás de quien ahora es puntero es una prueba anímica de fuste para este plantel. Encima, esta recta final de 7 fechas se la arrancó a 1 punto, pero el empate ante Independiente nos dejó rápidamente a 3 puntos. El partido en Córdoba de la semana pasada se arrancó a 6 puntos debajo (ellos ya habían ganado) y no ganar significaba quedar al margen rápidamente. Se ganó. Ayer se jugó con la obligación de ganar para alcanzarlos y meterles presión. Se ganó. Más allá de rendimientos, de que falta para ver el Boca que soñamos, el equipo está respondiendo desde lo anímico y lo psicológico, y ese puede ser un plus importante.
Boca es por ahora un equipo de momentos. Arranca a toda máquina, presiona arriba (el gol de la apertura es una contrapresión de Soldano que el propio Soldano resuelve luego de un rebote largo de Luchetti en el mano a mano con Villa luego de la asistencia del propio Soldano), se asocia, busca por afuera y genera riesgo. Pero tiene los momentos en que pierde el dominio del mediocampo, se retrasa y queda a merced de los rivales. Ayer por caso, los tucumanos llenaron de centros el área, no generaron excesivo riesgo, pero dispusieron de 2 o 3 oportunidades para empatar.
Desde lo individual hay varias cosas que pueden tranquilizar a Russo. Díaz ha cumplido con creces como reemplazo de Andrada. Los centrales responden, tanto Licha-Izquierdoz, como Alonso cuando reemplazó a este último. La gran apuesta del dt, Campuzano como volante central solitario ayer fue la gran figura. Releva, llega a tiempo, raspa y entrega un primer pase seguro. Acierto del técnico, sin dudas. Los dos volantes internos, Salvio y Villa, alternan buenas y malas. Toto viene mejorando pero le falta el toque final cuando llega con chances de gol. Villa volvió a jugar bien, no brilló como en Córdoba porque los tucumanos le negaron siempre el espacio. Pol Fernández no brilla pero el dt. está conforme con su rendimiento. La vuelta de Capaldo (fue figura en el sub 23 que clasificó a los Juegos Olímpicos) seguramente generará movimientos en esa zona de la cancha. Ayer fue el mejor partido de Soldano desde que llegó a Boca. A su habitual despliegue y sacrificio le agregó claridad y gol. Y queda el capitán para el final. Carlitos es un gran signo de interrogación. Algunos lo ven decisivo y jugando cada vez mejor. Otros no lo vemos así. Sí hay que reconocer despliegue y compromiso, pero no se lo ve fundamental ni decisivo en ningún aspecto del juego. Veremos con la vuelta de Mauro a la plenitud física que decisión toma Russo.
Ayer los cambios fueron lógicos, pero no incidieron en el desarrollo del juego. Russo optó por Bebelo por Carlitos, por Obando en lugar de Villa y en los últimos minutos Wanchope por Soldano. Claro que si uno ve la jugada del penal que desemboca en el segundo gol, Bebelo que lucha una pelota larga (con claro foul ignorado por el referí), Wancho que encara al arquero mano a mano y recibe el penal que él mismo convierte, uno puede pensar que los cambios fueron magníficos. Pero lo cierto es que ni Bebelo ni Obando, que entraron para tener más recuperación en el medio y tener la pelota haciendo la pausa, hicieron esto, por el contrario, los tucumanos siguieron teniendo el dominio del campo, sin inquietar a Díaz, eso sí.
Se ganó y se alcanzó la punta por un rato. Ahora la obligación pasó al otro lado. Boca viene cumpliendo y está obligado a seguir haciéndolo. Esto es ganar, ganar, ganar y ganar los próximos 4 partidos. ¿Alcanzará con eso? Está por verse, no se depende solo de lo que uno haga. Si se diera de lograr el pleno en esos 4 partidos es probable que sí, pero si no fuera el caso quedará la satisfacción del deber cumplido y una base sólida para lo que vendrá más adelante. 

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