Hace años le escuché decir a V.H. Morales, que “el fútbol es el único deporte que no asegura espectáculo cuando se enfrentan los mejores”. Y ayer Boca y Vélez le dieron la razón.
Se enfrentaron los dos mejores equipos del país y sin embargo jugaron un partido chato, anodino y aburrido. Se respetaron demasiado, pensaron mucho en lo que les viene a ambos en la Libertadores y entonces ninguno de los dos fue capaz de romper el 0-0, si bien hubo algunas escasas situaciones para ambos, fue demasiado poco, y todo se fue diluyendo hasta arribar al final.
Encima, Boca, quedó con diez jugadores antes de terminar el primer tiempo, por expulsión, por demás exagerada de Roncaglia, lo que obligó a retrasar a Mouche primero, y salir a Cvitanich más tarde para reordenar la defensa.
Así las cosas, por el triunfo del Newell´s del sábado, Boca ha quedado como escolta a 2 puntos de los rosarinos. Faltan 5 fechas, 15 puntos, nada está perdido, pero si muy complicado. Ahora, cuando vienen los tramos decisivos de la Libertadores (prioritaria para todos), es cuando se extraña no tener un colchón de ventaja.
Seguramente el próximo domingo, frente a Rácing, Falcioni tenga que armar un equipo similar al que jugó en Rafaela, obliga a esto la proximidad de la revancha con Fluminense. Si Boca pasare a semifinales, los juveniles seguramente pasarán a ser titulares en la mayoría de los partidos, por lo que no será fácil alzarse con el Clausura. Como dato favorable, tampoco es fácil el horizonte de Newell´s, pues se les vienen dos partidos como visitantes, nada menos que frente a Tigre y San Lorenzo, dos altamente comprometidos con el promedio del descenso.
Nada está dicho y se enfrenta el tramo final de todas las competencias tal cual soñábamos, peleando y siendo protagonistas en todas. Que se gane algunas, o todas, es cuestión que sabremos en pocas semanas. Se vienen los momentos decisivos de todo o nada. Se viene lo lindo.
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