17/10/22

Que solo sea un tropezón

 Un día tenía que cortarse la racha. Y se cortó con caída en Rosario por 0-2 en un partido donde no salió nada de lo pensado, ni aún en los momentos que debían ser favorables. 

Hubo dos momentos claves en un partido parejo, en el que el local jugó con una motivación impensable si no fuera porque enfrente estaba Boca con chances de campeonar. Realmente parecía que el azul y amarillo de enfrente era el de Rosario Central, pero bueno, es lo que corresponde dejar todo para ganar cualquier partido. 

Sobre el final del primer tiempo se queda con 10 jugadores el local en una correcta expulsión y parecía que a partir de allí todo se encaminaría. El otro momento clave fue en el entretiempo. Con Zambrano amonestado, golpeado y caminando por la cornisa, Ibarra arriesga un cambio sorprendente. Adentro Villa y afuera el peruano, pasando Advíncula como marcador central y bajando Medina al lateral derecho. Un solo cambio que implicó tres movimientos de posiciones y un esquema distinto. Sostenible en la teoría, porque Newell´s en inferioridad numérica seguramente resignaría la presión en la mitad de la cancha y retrocedería para cerrarse cerca de su área, partiendo para el contraataque desde posiciones más retrasadas. Además el 4-3-3 permitiría ensanchar la cancha y mover al rival. Toda la teoría se derrumbó en un minuto. Ese fue el tiempo que necesitó Advíncula para errar feo un pase en salida, Roncaglia en salir a cortar muy livianito y Advíncula en fallar por segunda vez en la marca del rival que termina venciendo a Rossi. 

Luego vinieron tres cambios para intentar solucionar el entuerto y se vinieron Payero, Weingadt y Romero por Varela (golpeado), Ramírez (flojísimo) y Medina. Chelo como lateral, Pol de volante central, Payero y Romero como interno y los 3 arriba. Pudo empatarse más por presión y "prepotencia" que por claridad pero no se pudo y de yapa en un centro perdido el local llegó al segundo, no quedaba resto físico para buscar dar vuelta una historia que ya estaba escrita.

Y en el último párrafo, el gran problema de cara a lo que viene. Boca lució deshilachado físicamente y sigue acumulando golpeados y lesionados fecha a fecha. Seguramente en 48 hs no se contará ni con Zambrano ni con Varela por lo que habrá que seguir improvisando y cambiando. 

Solo quedan 2 fechas, en La Plata el miércoles y el domingo en casa ante Independiente. Como mínimo el llegar a la última fecha peleando el título ya está asegurado. Por ahora todo depende de Boca y de ganar estos dos partidos. En una semana sabremos si esto de Rosario fue solo un tropezón y si llegó en un buen momento como sacudir el orgullo del equipo y que salgan con el cuchillo entre los dientes a los últimos dos escollos. Confiamos en que sea así. Después de todo "un tropezón no es caída". 

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