2/10/22

Que 62 días no es nada

 31 de julio de 2022. Cierre de la fecha 11 de la Liga y Boca caía 0-3 en Paraná ante el local Patronato dejando una imágen paupérrima, quedaba a 10 puntos del lider Atlético Tucumán y la crisis parecía no tener fondo.

Pasaron 62 días, 11 fechas después, Patronato, en Paraná, ha vencido a Atlético Tucumán por 2-1, y Boca, aquel de la crisis sin fondo, ha sumado su 11 partido sin perder por la Liga (más otros 2 por Copa Argentina), ha vencido en casa a Vélez por la mínima y es el nuevo puntero del fútbol argentino a 5 fechas del final.

Seamos sinceros, si hace 2 meses alguien se animaba a sugerir que esto sería posible tenía muchas chances de ser internado en un neuropsiquiátrico. Pero la verdad es esta realidad y toca disfrutarla.

El Boca de Ibarra va, y va en todos los frentes. No deslumbra, no es una máquina de fútbol, no llena los ojos, pero es duro, está firme, es solidario, sabe sobreponerse a los malos momentos dentro de los partidos, y, lo más importante de todo, tiene hambre de gloria. Mucha hambre.

Quizás algún día sepamos que sucedió en aquellos días de principios de agosto, cuando el equipo y el plantel como tal, tocó fondo. No lo sabemos a ciencia cierta, pero ahora se ve un grupo fuerte, unido, en el que los que entran dejan todo y los eventuales reemplazos rinden. Debutan pibes y lo hacen con aplomo. El dt hace cambios atinados que cambian, para bien, los desarrollos de los partidos. Boca está en un momento dorado.

Y hoy, como era de imaginar, hubo que superar a un rival de fuste, bien plantado, que sabe a lo que juega y que tiene un estilo de los que complican a Boca. Presión intensa, búsqueda del error y ataque rápido y con mucha gente a los espacios. Y a Boca le costó hacer pie durante largos pasajes. Varela condicionado por una amarilla desde los primeros minutos, impreciso Pol, flojo Payero, Romero más voluntad y ganas que efectividad, daba por resultado que Pipa y Langoni quedaran aislados y fueran buscados con envios largos y poco productivos. La defensa estuvo bien parada, sobre todo Fabra, que marcó muy bien y puso su habitual sello en ofensiva. Y cuando la defensa era superada, Rossi fue una valla infranqueable y otra vez fue figura. 

El segundo tiempo parecía una prolongación del juego de la etapa inicial, hasta que Ibarra empezó a mover las piezas. Primero Medina por Payero, luego los dos que cambiarían todo, Vázquez y Morales por Pipa y Pol. Así Boca quedó 4-3-3, con Medina-Varela-Romero y Langoni-Vázquez-Morales. Y Boca empezó a llegar, dos veces estuvo cerca Romero, hasta que un contraanticipo de Vatela al borde del área visitante termina siendo una asistencia a Morales que en su debut en la Bombonera decreta el triunfo. Quedó tiempo para que entraran Rolón y que debutara el pibe Rivero por Romero y Langoni, para que hubiera tres expulsados (dos de Vélez y Vázquez por tumulto luego de un violentisimo foul a Advíncula) y para que se terminara celebrando por todo lo alto el sufrido triunfo y la punta del torneo.

Hoy toca celebrar pero ya mañana debe volver la mesura y la mente a enfocarse en el viaje a La Plata del jueves. Allí esperara Gimnasia para jugarse su última chance de prenderse. Será otra final, una más de las 5 que faltan. A no perder el eje y seguir enfocados.


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