Pocas cosas más lindas en el fútbol (y en la vida), que cuando se viene pesimista, te tapen la boca con una actuación tan inesperada como convincente.
Y Boca nos tapo la boca (valga la redundancia) a muchos y despacho con un 3-1 ante un siemprevdifícil Estudiantes, en un desarrollo que fue para más diferencia, y que salvo los últimos 10 minutos, Boca dominó a voluntad.
No vale ahora ponerse a diseccionar si este Estudiantes es medida, si bajó mucho su rendimiento o si no es reconocible como equipo de Zielinsky. Nada de esto se analizó en la previa, así que "el diario del lunes" no corre.
Boca fue un deja vú de hace unas semanas. Volvió el rendimiento y el esquema que empezaba a ser habitual con Battaglia. Un 4-3-3 con Romero como falso extremo derecho, pero con una notable mejora individual de casi todos, especialmente varios que venían muy flojos. Como siempre decimos, son los jugadores y sus rendimientos los que le dan contenido a cualquier sistema.
Vimos una clase magistral de Varela. Cátedra de volante central. Hizo todo y todo bien. Fue salida, quitó, presionó, llevó al equipo a hacer presión alta cuando se necesitaba, retrocedió con criterio, distribuyó con acierto, en resúmen, una masterclass. Y con el juego de Varela, crecieron sus laderos. Pol jugó muy bien, se desprendió, atacó el espacio, abrió el marcador y estuvo cerca del doblete. Del otro lado Ramírez tuvo el rendimiento que ilusionaba en su llegada. Disciplina para cubrir espacios y disposición para cambiar de ritmo y atacar el área rival. Romero como extremo pierde contactomfrecuente con la pelota, pero ayer estuvo acertado cuando intervino. Fue reemplazado por Payero, que debutò dejando una buena impresión en cuanto a intensidad y claridad. Villa no tuvo el mejor partido, pero la definición del tercer gol fue impecable y compensa cualquier error previo. Fue reemplazado por el Changuito, que solo tiene que trabajar en su exacerbado individualismo, cuando aprenda a dosificarlo con asistencias a compañeros tendrá futuro sin techo. Vázquez fue todo voluntad y le agregó claridad, como en el centro-asistencia que generó el primer gol. Le faltó convertir, pero dejó una grata impresión.
Atrás sobresalió la actuación de Marcos Rojo. Seguro en su posición, ordenó al equipo con indicaciones durante todo el partido, merodeó el gol en cada pelota parada a favor, hasta que convirtió el segunfo gol, un auténtico golazo. Fabra condicionado con amarilla desde el primer minuto, cumplió. Zambrano se salvó por poco de la roja. Advíncula exhuberante de voluntad, Rossi seguro. Como mácula, el descuento del pincha con 3 cabezazos en el área chica, y a partir de ahí, diez minutos de preocupación, con un par de sofocones, todos por vía aérea.
Buen partido y buen triunfo que necesitamos sea el comienzo de la recuperación. Para que esto sea palpable serán claves los próximos 3 partidos. Al final de ellos se sabrá si estamos para la pelea grande. Hay material. Tengamos confianza.
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