Boca pasó a octavos de final de la Copa Argentina despachando sin inconvenientes a Defensores de Belgrano con un contundente 3-0, marcador que refleja lo que se vio en la cancha, una diferencia notoria entre uno y otro.
El problema de jugar la Copa Argentina contra rivales de categorías inferiores es justamente que un triunfo holgado no es valorado lo suficiente porque es lo esperado de antemano. Pero, si sirve como ejemplo cercano, el sufrido triunfo ante Claypole (2 categorías menos que Defe) muestra que se camina por una delgada cornisa entre el éxito obligado y el fracaso estrepitoso.
Russo se jugó a cambiar todo el equipo y acertó. Pero sobre todo acertó en poner el inodoro en el baño y los sillones en el living. Mauro jugó "de Cardona", Obando jugó "de Villa", Varela y Almendra cubrieron el medio, Zeballos fue extremo y la defensa jugó adelantada, casi en el medio campo, con lo cual el equipo fue corto, recuperaba rápido y Defensores no tenía posibilidades de contragolpe.
Otra vez el triángulo izquierdo dio lo mejor para Boca, Mauro como virtual enganche cerca del área, Obando desbordando y Más llegando, a punto tal que el lateral se anotó en el marcador. Destacable también el buen rendimiento de Rossi descolgando centros que fue lo que más hizo el rival, haciéndolo con solvencia y dominio del área.
Ahora toca concentrarse en el próximo domingo en la visita a Independiente, lindo problema para Russo porque varios de los que jugaron se pueden anotar tranquilamente para ser titulares. Por esta competencia, habrá que esperar al 7 de abril para conocer el rival en octavos de final, después ver en que fecha se programa dicho encuentro.
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