..."mal de ausencias"..."virus FIFA", como más te guste, lo cierto es que Boca cayó por la mínima ante Talleres, se terminó el invicto de la "era Russo II" y quedan varios interrogantes de cara al futuro.
No fue un buen partido de Boca. Nunca estuvo cómodo y sobretodo en el primer tiempo se jugó a lo que Talleres quiso y propuso. Salvo algunos ratos del segundo tiempo al mediocampo le costó hacer pie. El doble 5 de Capaldo y Jara estaba aislado del bloque de ataque y faltaba alguien que los conectara. Villa bien cubierto, poco hizo sin espacios, Maroni deslucido inquietó poco al rival. Ante este panorama Carlitos retrocedía mucho y perdía peso donde viene lastimando. Recién en el segundo tiempo con el ingreso de Wanchope por Soldano y de Obando por Maroni, con Capaldo más suelto, se pudo arrimar riesgo cierto de gol. De hecho, Wanchope en un par de ocasiones y Carlitos en una convirtieron a Caranta en figura. Talleres ya no presionaba alto, pero se agrupaba con criterio y paciencia esperando una contra. Y ese contragolpe llegó a pocos minutos del final (se inició en un claro foul a Villa que ignoró el árbitro) y culminó en una buena definición ante una deficiente salida de Rossi, que había intervenido con acierto en las pocas veces que había sido llamado hasta ese momento. Solo quedó tiempo para terminar con 9 jugadores pues vieron la roja sucesivamente Obando e Izquierdoz en una muestra de la impotencia del equipo.
Como reflexión a futuro queda la enorme diferencia que se vio entre muchos titulares y sus sustitutos eventuales. Nada que nos sorprenda. Más está muy lejos de Fabra, Jara es un invento del momento que no puede hacer olvidar a Campuzano, no tenemos otro Cardona, máxime con la salida de Pol Fernández, Salvio es crack de nivel internacional y Maroni está lejos. Pero con estas bajas habrá que lidiar toda vez que sigamos en la Libertadores y lo mix de titulares y suplentes sean lo habitual.
En tren de dar minutos a todos resulta incomprensible que ayer solo se hayan utilizado dos de los cinco cambios posibles y hayan quedado sin entrar, por ejemplo, Mauro Zárate y el Pulpito González. "Son decisiones" dice el dt y probablemente tenga razón.
Se terminó el largo invicto que llevaba casi un año, parate de por medio. Esas largas rachas suelen terminar siendo nocivas cuando se transforman en un objetivo en sí mismas para romperse cuando más duele (recordar el primer ciclo de Basile en la Selección, 37 partidos invicto y cuando se rompió se estuvo a punto de no ir al mundial de Usa 94). Si eventualmente debía terminarse este es "el mejor momento".
El asunto pasa ahora porque esto haya sido un hecho aislado. El viernes volveremos a ver seguramente un equipo parecido a este para apuntar decididamente al miércoles 25 y el duelo copero en Porto Alegre.
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