Y pasó Boca nomás. Y ya Vélez y todo el morbo generado en la previa es historia. Una historia que costó y mucho, porque además de lograr un sufrido 0-0, sufrido sobre todo sobre el final, después hubo que convertir los 5 penales de la serie para poder ratificar el pase.
Sorprendió Alfaro con el planteo inicial. Puso a Junior Alonso en el equipo titular para de esta manera tener 5 defensores, con los laterales jugando como carrileros y defendiendo con 3 cuando se atacaba. Con esto esperaba lograr un mayor peso en el medio para cortar los caminos de Vélez y abastecer al bloque ofensivo de Villa-Carlitos-Mauro, obligados a mucha movilidad al no tener un centrodelantero como referencia. Y la apuesta salió bastante bien en el primer tiempo. Un Boca mucho más agresivo y con más punch que el del partido de ida, le planteó una presión alta a Vélez que lo incomodó, y si bien el visitante no resignó la posibilidad de atacar con mucha gente, tuvo que jugar un partido en su propio campo que es lo que más lo incomoda, porque en el retroceso deja espacios y se equivoca bastante. Sobresalió Villa con una movilidad estupenda por todo el frente de ataque, de hecho tuvo un par de situaciones muy claras y sirvió otras tantas, Mauro, en un partido aparte estrelló un tiro libre en el travesaño, y Carlitos y Licha tuvieron un par de situaciones claras también. Del otro lado solo aproximaciones que insinuaban más que lo concretaban. Solo sobre el final la jugada de la polémica donde ellos piden un penal por un claro camiseteo en un centro que el árbitro ignora, como hacen habitualmente, pero que como bien sabemos si es a favor de este lado es escándalo nacional y cuando es en contra, no pasa nada.
Nada fue igual en el segundo tiempo. Boca pareció salir dormido y desconcentrado y nunca más pudo establecer la presión alta. Entonces se empezó a dividir la pelota en el medio y Vélez impuso su ley, despliegue del equipo, los extremos metiendo diagonales, los laterales subiendo bien pegados a la raya y al volante que se suma. Llegó el tiempo de Andrada y Sabandija respondió con creces. Sobre el cuarto de hora Alfaro manda a la cancha a Benedetto por Alonso, rompe la línea de 5 y pone un referencia hacia la que tirar bochazos que rompan la línea de presión y apostar a la segunda jugada. Durante un rato se vio lo mejor de Boca en el segundo tiempo, con el retroceso de Carlitos actuando de virtual enganche, logró salir del asedio e incluso dominar el desarrollo por unos minutos. Pero sobre la media hora la diferencia de prestación física se hizo notable y más aún luego de la expulsión de Izquierdoz (último recurso) que obligó al ingreso de Fabra por Carlitos. Esos minutos fueron a aguantar y rezar a San Andrada, que se hizo cargo de los ruegos y fue una muralla para las aspiraciones velezanas. Se llegó así a una tanda de penales que exhibió mucha eficacia, salvo un visitante que tiró su penal afuera y por esa vía se logró el pase.
Ahora a tratar de recuperar algo de físico para otro duelo bravo como será la visita a la Paternal. Pero para eso faltan un par de días. Paso a paso.....
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