¿Qué le pasó a Alfaro, uno de los dt más equilibrados del fútbol argentino para entrar en una vorágine de cambios locos que hicieron que Boca pasara de jugar el mejor primer tiempo de su ciclo a jugar el peor segundo tiempo en mucho tiempo?. Misterio que esperemos no vuelva a repetirse nunca.
El tema es que Boca dejó pasar su última remota chance de pelear el título cayendo 1-2 ante Atlético Tucumán en un partido que fue como un montaña rusa.
Pese a los 6 cambios en la formación inicial Boca jugó un buen primer tiempo. Con volumen de juego, buenas asociaciones, deborde por la derecha con un Villa picante, bien Carlitos, intermitente Bebelo pero mostrando calidad cuando se conectaba. Así y todo se iba perdiendo desde los 10 minutos por un fallo insólito de la defensa, que sufrió todo el partido ante un juego básico (y casi rústico) de los tucumanos. Pelotazos directos a uno de los dos centrodelanteros que se enfrentaban a los centrales y presión sobre la segunda jugada. Algo tan simple y esperado complicó sobremanera todo el partido. Pese a esto el empate estaba al caer, solo había que mantener el nivel.
Para el segundo tiempo, buscando más juego por la izquierda (Alonso tuvo aporte nulo en ataque y Bebelo no se siente cómodo por ahí), sacó al cordobés para que ingrese Mauro. Y Mauro ingresó bien, picante encarando de la izquierda hacia el medio, asociándose con Tevez, mientras Wanchope pivoteaba. El empate llegó a los 15´ por Abila y a partir de ahí empezaron los cambios incomprensibles. Adentro Pipa por Carlitos. Un doble 9, con dos delanteros más abiertos y por detras de ellos un doble 5 con Nandez y Marcone ¿quién hacía de nexo?. Nadie. Si de por sí este cambio era inexplicable, más lo fue el de Pavón por Villa (cansado). El problema se agudizo. Pudo adelantarse Boca en el único desborde de Pavón que el arquero rival evita que la pelota le llegue a Wanchope y al toque el segundo de los tucumanos en un show de rebotes y horrores defensivos. A partir de ese momento un desconcierto y un ir hacia adelante a como de lugar similar al de los últimos 15 minutos en Madrid, con Lisandro de centrodelantero en los últimos minutos. Inexplicable e inentendible.
Mejor dicho, hay una explicación y no es buena a futuro. Alfaro parece dispuesto a sacrificar rendimiento en pos de tener contentos a todos los pesos pesados. Solo así se puede entender que hayan entrado los tres que sacó desde el inicio (Mauro, Pipa y Pavón), cuando el desarrollo del partido pedía a gritos que entrara Almendra a compensar el medio sobre todo después de empatar y cuando quedaban dos cambios por hacer.
Por el bien del dt y de todos, que esto sea una tormenta de verano y no una tendencia porque sufriremos y mucho en lo que queda de la Superliga, en la que hay que estar como mínimo entre los 4 primeros y de cara al inicio de la Libertadores.
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