18/2/19

Despacito y por las piedras

Quinto partido de la era Alfaro. Tercer triunfo (los otros dos fueron empates) y esta vez ante el rival más complicado de los 5. Porque Lanús venía enrachado con 4 triunfos al hilo y sin recibir goles en este 2019. Eso desde los números. Desde el juego se pueden tomar dos caminos, lamentarse por lo mucho que falta mejorar al equipo o empezar a vislumbrar las cosas buenas que van apareciendo, y sin dejar de ver lo que falta, ser realistas sobre lo que esperar de un equipo de Alfaro.
Mejoró mucho el bloque defensivo. Andrada sigue aportando seguridad y responde en las pocas complicadas que le llegan. Y le llegaron poco porque hubo un buen trabajo de todos los comprometidos en la fase defensiva. Lisandro se está convirtiendo en el líder de la defensa y en este partido mejoró notablemente Izquierdoz. Muy bien los dos laterales, no fueron desbordados casi nunca y fueron importantes en ataque. Marcone es el reloj que marca los tiempos del equipo. Una vez más fue la figura del partido con sobriedad y ubicuidad, en poco tiempo ha hecho olvidar nada menos que a Wilmar. Otro punto y no menor es que se recuperó el poder de gol a través de la pelota parada. Dos partidos consecutivos con goles de corner directo (Lisandro en Córdoba, Más ayer) cuando hace solo unos meses contábamos los años que llevábamos sin hacer uno por esa vía.
Las carencias de Boca empiezan en el medio campo a la hora de generar juego. Campuzano aún no se termina de soltar y Almendra es demasiado intermitente. Sumado a eso, en el primer tiempo Pavón jugó como interior/enganche y ahí pierde peso. Mauro, otro buen partido de Zárate, se mueve por todos lados pero le faltaban socios y le cuesta conectar con Benedetto, que cada pelota que toca muestra que está muy por encima del promedio de los centrodelanteros. En el segundo tiempo comenzó a cambiar el panorama para bien. Pavón fue extremo, y ahí si impone su peso como quedó demostrado en la corrida que termina en el gol de Zárate, luego el ingreso de Nandez primero y de Bebelo después le dieron otra fisonomía al equipo. El uruguayo será titular y Bebelo merece que se le de más continuidad porque es del único volante que tenemos con sus características.
Por último está lo que realmente aspira Alfaro a tener como equipo. Con él no veremos largas posesiones ni el equipo intentará dominar a través del control de la pelota. Más bien la intención es tener un equipo con mucha movilidad y con ataques directos. El segundo gol fue una muestra de esto, una de las últimas jugadas del primer tiempo también (movimiento por el medio, descarga a la subida de Más, centro, rechazo de la defensa y Buffarini que define entrando por la otra banda. Los dos laterales jugados en ataque sin que se resienta la fase defensiva).
Tiempo y paciencia, prueba y error. Alfaro está en el buen camino, sus equipos no funcionan de un día para otro. Claro que todos quisiéramos ser una máquina arrolladora que tritura rivales. Pero no hay que perder de vista de donde venimos. El golpazo de Madrid no es gratis.Nuevo dt, nuevo funcionamiento. El mercado de pases fue complicado como siempre lo son para Boca. La pretemporada fue muy corta.  En un año normal recién estaría reiniciándose un torneo que nos tenía bastante lejos de la punta. Hubiera habido mucho más rodaje. Así las cosas, las pruebas y correcciones se hacen en el medio de la competencia. Bien visto, demasiado se ha hecho para todos los condicionamientos previos. ¿Se puede soñar con el tricampeonato?. No depende de Boca, pero, si se ganan los próximos dos partidos, todo puede ser. Igual, a no enloquecer, despacito y por las piedras es la forma segura de cruzar el río.

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