El título parecería demasiado tremendista para alguien que solo mire los resultados y posiciones, vea que fue 2-2 con Lanús, que estamos a 1 punto del puntero (al que visitaremos el próximo domingo), en carrera en Copa Libertadores y Copa Argentina. Pero no lo parecerá para el que haya visto el partido de anoche, y lo tome como una continuidad preocupante de lo que venimos viendo últimamente.
Cuesta reconocer al sólido equipo que empequeñecía a los rivales en el semestre anterior. Al que era casi imposible generarle más de 3 situaciones de gol por partido. El que ganaba por demolición, y si no lo hacía por goleada era por pura falta de puntería y definición.
A este Boca le llegan bastante, demasiado, y, paradojas del fútbol, le cuesta generar opciones claras de gol, en un momento en que cuenta con un Juan Román Riquelme revitalizado y al nivel de años más mozos.
Entonces, ¿qué pasa?, ¿bajones individuales que resienten la solidez del equipo como un todo?. Puede ser. Hay algunos jugadores que no están, por diversos motivos, al nivel del semestre pasado. Schiavi, no ha vuelto igual de la última lesión, Clemente no es tan decisivo en ataque y tiene problemas en defensa, ayer, además, demasiado nervioso se hizo expulsar de manera infantil. Muchos de los problemas en defensa, sobre todo anoche, de Clemente, se originan en el pobre desempeño de Erviti, por ese lado, bien abiertos, vinieron la mayor cantidad de llegadas de Lanús. Rivero es otro que no se parece en nada al del torneo anterior, ayer, por caso, se demoró demasiado el ingreso de Ledesma, como se viene demorando la titularidad para Pablo, que desde que llegó ha hecho méritos suficientes para ello. Mouche altera algunas buenas y demasiadas malas, promete mucho y cumple poco, aunque ayer, un centro mal ejecutado (son demasiados por partido), se termina convirtiendo en un lindo gol, que pareció destrabar el partido. Silva, el gran goleador, traído para romper redes, no la mete ni en chiste, y está empezando a jugar contra sí mismo. Anoche, demasiado peleado y nervioso parecía jugar un partido contra el Deportivo Silva. Y por último, Orión, si bien tapó un par de pelotas decisivas, el error garrafal en el empate de Lanús (pareció un homenaje al nunca olvidado Guzmán) da para pensar que también está teniendo un bajón pronunciado.
Pese a todo esto, la estructura del equipo resistió, mitad por un poco de suerte, mitad porque Lanús no se animó a quemar las naves cuando quedó en ventaja numérica y con el partido empatado en dos.
Pero, tal vez lo más rescatable de la noche, es que Boca buscó hasta último momento la victoria, quizás a los ponchazos, seguro sin claridad, pero la actitud estuvo, con 11 jugadores o con 10 en cancha. No pudo ser. No fue la mejor noche.
Pero se está en carrera en todos los objetivos planteados al principio. Será cuestión de no desesperar, ajustar algunas piezas y esperar el resurgimiento de varias individualidades. Hay material, todavía hay tiempo. Hay nubes en el horizonte, pero todavía no se puede hablar de tormenta. Si nos desesperamos nosotros, que queda para los que hace 9 meses penan en categorías menores…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario