Parece que ya está. Parece que solo falta la formalidad de que lo apruebe la C.D., se haga el anuncio y se firme el contrato. Pero el último técnico campeón de la Argentina, es el nuevo técnico de Boca.
Se menearon decenas de nombres, algunos dijeron no, otros avisaron que no sin que los buscaran, el único que genera unanimidad total dijo varias veces que no (demostrando que le sobra sentido común). Finalmente el 8 de agosto, con el comienzo oficial de la temporada 2010-2011, se iniciará el ciclo de Claudio Borghi como técnico Xeneize.
Borghi cuenta con el obvio hándicap del campeonato que viene de ganar con Argentinos Jrs., equipo que agarró hace un año, seriamente comprometido con el descenso y que ubico sexto en el pasado Apertura y campeón en el Clausura, superando en la arremetida final a dos pesados como Independiente y el mejor equipo del país, Estudiantes L.P. Sin jugar un fútbol “exquisito”, ha sido un equipo compacto, al que le llegaron poco y le convirtieron menos.
También cuenta con el lastre que significó su mal paso por el banco de Independiente, por lo tanto se lo mirará con lupa desde el comienzo. Un mal arranque hará que se lo etiquete como “técnico para equipos chicos”, como si los campeonatos en serie logrados en Colo Colo no lo hubieran sido en el más grande de Chile.
Ayer, en sus primeras declaraciones como virtual técnico, estuvo muy claro en sus conceptos. Arrancó con un políticamente correcto “Riquelme y Palermo pueden jugar juntos conmigo”, y después fue al frente con la suya, “yo juego con línea de 3” y “tendremos dos meses para practicarla”
A simple vista una elección muy alejada del “gusto” bostero, si es que existe tal gusto. Un técnico que abjura de la línea de 4 en el fondo es automáticamente estigmatizado por esto como “no es para Boca”. Como si el uso de una determinada táctica estuviera inscripta en los estatutos del club. Como si no viniéramos de ser el equipo más goleado del último campeonato, eso si, con la sacrosanta línea de 4.
Aclaro antes de seguir, ese es el sistema que más me gusta. Pero un equipo debe adaptarse a distintos sistemas depende en muchos casos del rival o de los sucesos dentro del partido. Y si hay un momento en que estamos dispuestos a cualquier cambio con tal de que mejoren las cosas es este.
Con respecto al equipo futuro, a los refuerzos, los que se van y otras yerbas, parece muy aventurado aún pero ya tiró algunas pistas el futuro dt. Habló de incorporar a Caruzzo y Mercier. No es casual este pedido, que sumados a las casi seguras incorporaciones de Insaurralde y Clemente, mas la aspiración por Goltz y un arquero (¿Villar?) implicarían la renovación casi total del bloque defensivo del equipo. También dijo que para él Méndez es “5” natural y no lo ve como “doble 5”, que quiere un sustituto natural para Román, como consecuencia de su operación y de sus habitualmente largos períodos de recuperación, y que si ese reemplazo está en el plantel no hay que dejarlo ir. Implícita alusión a la continuidad de Insúa.
Se puede jugar a adivinar entonces un equipo con Villar, Insaurralde, Caruzzo y Goltz, Clemente, Battaglia, Mercier y Monzón o Giménez, Riquelme o Insúa, Palermo o Viatri y algún delantero que deberemos comprar seguramente.
Pero estos son juegos y elucubraciones para ir entreteniéndonos en el largo receso hasta empezar de nuevo, aunque bastante distraídos estaremos con el Mundial.
Como siempre cuando se viene un nuevo ciclo el deseo ferviente que sea el mejor de nuestra historia, más allá de los gustos previos, la ilusión que dentro de 6 meses estaremos estemos festejando la clasificación a la Libertadores y gritando “…..que de la mano del Bichi Borghi, todos……..”
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