Primera aclaración, el hombre me cae bien y simpático. Su discurso onda Toto, apelando a la garra, el orgullo por la camiseta y la grandeza del Club, no puede menos que suscribirse y apoyarse entusiastamente. Pero del discurso al juego hay un trecho demasiado importante. Para empezar dudo mucho que al futbolista actual le lleguen mucho temas como la pertenencia y el orgullo, y si les llegan, en la cancha no se nota para nada.
El hombre agarró una papa caliente con unas ganas dignas de la mejor empresa. Empezó aceptablemente los primeros dos partidos, un empate sobre la hora (se lo podemos adjudicar a la mentada mala suerte) y un triunfo en la segunda (el único hasta ahora ante uno de los pocos que están debajo nuestro). En el tercer partido, empezó a perder el rumbo. Fue 2-4 en Rosario ante Newell´s, con un primer tiempo de 0-3 que pudo ser 0-6, con un segundo completamente distinto que a punto estuvo de ser 3-3, esta vez no se habló de mala suerte y empezaron los cambios, más parecidos a bandazos. La anunciada depuración empezó por 2 históricos, el Pato y el Negro Ibarra fueron borrados. A partir de entonces se empezó a encadenar uno a uno los empates, y luego de cada uno cambios al por mayor. A los tucumanos en cero, en casa, siguió el 1-1 en Mendoza, con el aliciente de un buen segundo tiempo, parecía que había aparecido el equipo. Esa sensación se agrandó con el muy buen primer tiempo ante Estudiantes, partido que parecía tener destino inexorable de triunfo, pero que un error garrafal de Paletta (desacertado cambio durante el segundo tiempo) transformó en empate en 1, en el descuento. Otra vez demasiados cambios para visitar a Vélez, otra vez lentitud en hacer cambios durante el partido (una cruz que parece perseguir al técnico) y un 3-1 holgado (en el resultado, no en el juego), se transforma en un 4-4 casi heroico. Viene Rácing y sigue el carnaval de cambios en el equipo, son 4 esta vez, para una inesperada derrota en casa 1-2, siendo que estábamos arriba a los 10´de juego. Y llegamos al partido de ayer, al bochorno de ayer, otra vez 4 cambios y el equipo cada vez peor.
Resumiendo: el equipo no aparece, los volantazos no dan resultado, las apelaciones a la épica, tampoco. Dicen los que conocen la intimidad de Boca, que el plantel lo mira de reojo, cuando no despotrican directamente contra él. De nada parecen servir los largos entrenamientos ni el trabajo diario que al parecer abunda y mucho, como para desmentir a los que decían que el problema hasta hace poco era justamente la falta de laburo.
Tenemos ante los ojos el peor arranque de Boca en el profesionalismo, con el súper a la vista, ¿tiene sentido forzar la continuidad de un técnico que no encuentra el camino, ni siquiera el equipo base?, ¿si, como pinta la cosa, el resultado es negativo, les vamos a regalar la oportunidad de “echarnos” otro técnico?, pero, si todo sale como deseamos y el resultado es positivo, ¿alguien piensa que Alves va a seguir después de mayo?, entonces, ¿no sería momento de reducir riesgos, poner al técnico que, suponemos, tienen pensado para junio y ver si responde ante la presión?. Demasiadas preguntas que deberían responder por la palabra o por los hechos nuestros preclaros dirigentes.
En momentos como estos es cuando más resuenan las palabras que el Virrey, con honestidad brutal dijo el día que asumió como Mánager, “Ameal me dijo que me vino a buscar porque no sabe nada de fútbol”……
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