18/8/22

Tocando fondo

Si algo caracterizaba hasta ahora al Boca de Ibarra era la dicotomía entre local o visitante. Un rendimiento, digamos, medianamente aceptable como local y paupérrimo como visitante. Esto se rompió anoche. Jugó horrible también como local. 

Y esto va más allá del planteo atrevido del rival (mientras tuvo aire), del penal ridículo que le cobraron a Advíncula y que contuvo, una vez más, Rossi, de las vueltas y los minutos que perdieron para dar un penal clamoroso a Villa, que el árbitro ignoró insólitanente y que parecía que buscaba alguna excusa para no cobrarlo aún a instancias del VAR. Todo está más allá de la horrible ejecución de Pol del citado penal...¿por qué Pol estando Villa o Romero?.

Las preguntas de fondo serían: ¿qué ensaya Boca en los entrenamientos?, ¿cuál es la idea de Ibarra?, ¿qué pide en la charla previa?, ¿qué trata de modificar en el entretiempo?. Y no es solo Ibarra, están Pompei y Gracián, ¿ninguno ve esto?, ¿ninguno intenta modificarlo?, ¿no pueden, no saben o no los dejan?.

Porque lo que se ve en la cancha es un grupo que se junta el día del partido a jugar un torneo comercial. Once jugadores parados de manera convencional y que intentan jugar a lo que la inspiración individual dicte. Como jerarquía hay, por ahí se enciende Villa, Romero mete un roscazo o algún defensor un cabezazo. Demasiado poco para aspirar a algo. Y encima, la abulia, el pase lateral como único recurso, o peor aún, el bochazo sin sentido la evidente falta de ganas de muchos, los cambios raros, la falta de indicaciones. Un combo explosivo que en cualquier momento se hará sentir en la Bombonera. Y cuando pase no imaginen conspiraciones políticas ni absurdos complots. El hincha se está cansando. Demasiada paciencia está teniendo a la vista de todo esto. Que tomen nota los que tienen que hacerlo, que tomen medidas los que sean responsables y si no lo hacen que después no se quejen ni inventen teorías conspiranoicas.

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