28/7/21

Un lugar en la Historia

 1984 (éramos tan jóvenes...), un oscuro e intrascendente 0-0 ante Atlanta pasó a la historia de tal manera que cada vez que se quiere mencionar la crisis institucional que vivía Boca por aquella época, se evoca "el partido de las camisetas con fibrones". No este el momento de recordar y aclarar aquello, vale como paralelo a lo que hemos vivido por estos días. Obviamente no sabemos lo que deparará el seguir de esta pandemia ni las barbaridades que en su nombre sigan cometiendo las autoridades, pero si todo siguiera como hasta ahora, probablemente dentro de 37 años, cuando se evoque esta época, "los partidos de los pibes de Boca" sean un símbolo como lo son los fibrones de aquellos años 80.

Los pibes cayeron por 0-2 ante un rival experimentado como San Lorenzo, un rival que abusó del juego físico ante la pasividad del árbitro, y los pibes dieron la talla. Vaya si la dieron que tuvieron que lidiar con el rival y con el lastre de los únicos dos profesionales, los que "pidieron jugar" y lamentablemente les hicieron caso. Porque la actuación de Cardona y Fabra fue para el olvido. Mejor dicho para el recuerdo cuando haya que tomar decisiones con ellos. Fuera de forma física y faltos de ritmo, quedaron aún más en evidencia. Edwin no aportó nada. Frank, menos que nada, se comió el enésimo gol de la misma manera, distraído y dejando la espalda libre. Ese gol, precisamente, nace de un claro foul ignorado por el árbitro a Vega, el mismo árbitro que apenas iniciado el segundo tiempo marca penal en un piletazo de un delantero visitante. Buena labor, que seguramente será premiada por el jefe Tinelli.

Justamente esas dos acciones de los goles y una aislada al comienzo del partido fueron las únicas situaciones de riesgo que creó el visitante, luego solo el agruparse bien en su campo y tratar de presionar a los mediocampistas locales para salir rápido de contra. Suena a poco para tanta diferencia previa.

Lo mejor de los pibes se vio justamente cuando Barco reemplazó a Fabra y Bodencer a Cardona. Lejos estuvieron de generar mucho riesgo, pero salvaron la ropa y el prestigio. 

De cara a lo que viene se pueden adivinar varias consecuencias de lo que vimos en estos días:

La vara para los titulares estará muy alta. El hincha no tolerará por bastante tiempo juegos anodinos y con "poco espíritu".

También estará alta la vara para Russo, pues Battaglia mostró un intento de juego agresivo, con los defensores parados cerca del mediocampo, intensa presión cuando se pierde la pelota y juego rápido a dos toques. El plantel profesional tranquilamente podría hacerlo (o intentarlo) si es que el dt vence temores varios.

Los pibes se merecen como mínimo su primer contrato los que no lo tengan, y varios se han ganado la chance de sumar minutos en primera (Barco y Ezequiel Fernández pueden ya aspirar a pelear titularidades).

El panorama numérico es pobre. Solo 2 puntos sobre 9, pero quedan la friolera de 66 puntos en disputa. Ahora llega el momento de no dar más ventajas, concentrarse en el torneo y demostrale a todos que ESTO ES BOCA

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