En la mismísima Bombonera Boca fue despojado de un triunfo legítimo. Ni más ni menos. Nos robaron el partido. Y el despojo tiene nombre y apellido, Rojas el árbitro del partido, todos los integrantes del VAR y por interpósita persona, la Conmebol, la autora ideológica del desbarajuste que es el fútbol sudamericano.
Pocas veces se ha visto, que ante un gol legítimamente sancionado un equipo se niegue a mover el balón ante la insistencia del árbitro para que lo haga, presione descaradamente a este para que revise el gol otorgado y lo más insólito es que este personaje lo haya permitido, y aún peor, les haya hecho caso y cedido a sus presiones. ¿Alguien en su sano juicio puede pensar que en una Bombonera con público esto hubiera sido posible?. Ni en chiste. Pero pasó, y no solo eso, sino la insólita anulación de la última jugada del partido (que terminaba en gol) y que fue parada para sacar una amarilla ridícula. Noche de bronca y furia.
Pero si apartamos la legítima bronca tienen que quedar buenas sensaciones. Nada fue como se pensaba en la previa. El cuco no fue tal, y sin dudas es mérito de Boca. Un Boca que fue de menos a más, que empezó cauteloso y terminó dominando el juego. Un Boca que nunca sufrió atrás (Rossi fue un aburrido espectador del juego), que fue ordenado y prolijo para presionar y minimizar el juego de uno de los favoritos a ganar la Copa. Claro que la manta es corta y faltó en ofensiva. Porque además del insólito gol anulado y de la última jugada, en el medio solo hubo un para más de situaciones claras de gol, y parece demasiado poco. La falta de un volante creativo se siente, sobre todo porque estando ausente se depende demasiado de la inspiración de las individualidades de arriba y sobre todo de contar con espacio para correr.
Desde lo individual, varios que estaban en observación aprobaron. Weingadt no sufrió en defensa y se proyectó con criterio. Del otro lado, el pibe Sandez tuvo un más que correcto debut como titular, casi no atacó, pero fue impecable en la marca. La dupla Izquierdoz - Rojo no tuvo inconvenientes con delanteros que venían cebados con el gol. En el medio, no fue el mejor partido de Medina, correcto Rolón, aunque muy contenido, y gran partido de Pulpo González, la figura de Boca, autor del gol anulado y de las dos más claras situaciones de gol, marcó y atacó el espacio con criterio, una gran noticia su recuperación. Arriba, bien Pavón, pésimo Villa y aprobado Briasco, con mucho entusiasmo pero notándose que no es un 9 de referencia y que nos dará más satisfacciones jugando por afuera.
Para ser el primer partido oficial, teniendo el rival que se tenía enfrente, más que aprobado el examen Xeneize. Ahora toca en unas horas el debut en el torneo local (¿habrá rotación de entrada o se priorizará el agarrar ritmo?) y el próximo martes habrá que ir a aguantar los trapos a Brasil. Por lo que vimos da para ser más optimistas que en la previa, siendo conscientes que el rival seguramente tendrá una prestación superior a la que vimos anoche, en la que dependió 100% de los árbitros para llevarse un resultado positivo.
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