Demasiado castigo para uno. Demasiado premio para el otro. Boca cayó por la mínima diferencia en Guayaquil en un partido al que el empate le hubiera caído mejor. Pero ganó Barcelona y parece afirmarse en la cima del grupo con puntaje perfecto.
Caso extraño el del equipo ecuatoriano. Quien mira la tabla de posiciones verá un equipo perfecto, 3 jugados, 3 ganados, 7 goles a favor, 0 goles en contra, una maquinita. Quien haya visto el partido de anoche no puede menos que relativizar esos números. Vimos un equipo correcto, de buen trato de pelota, pero bastante livianito, con poca presión, sin demasiado poder ofensivo y tampoco demasiado sólido atrás. Entonces, ¿por qué está donde está?. En lo que respecta al último partido, por un aceptable primer cuarto de hora del segundo y por lo que hizo (y no hizo) Boca.
Russo decidió empezar la rotación fuerte por este partido. Con el diario del lunes es fácil decir que debió esperar a la fecha del fútbol local, pero en la previa no sonaba tan descabellado. Quedaron Villa y Almendra sin viajar, quedó Carlitos en el banco. Salió a la cancha con un 4-4-2, que por muchos momentos fue un 4-5-1 como para aguantar el partido y aprovechar la velocidad de Pavón en alguna contra.
En el primer tiempo el plan defensivo fue perfecto, no así el ofensivo. La soledad de Pavón en ataque, sin ninguna ayuda efectiva ni de Soldano ni de Obando, conspiró para generar chances. Y si de soledades hablamos, la de Varela, de gran partido, pero sin nadie con quién "dialogar" fue otra de las causas de ese déficit ofensivo. Para colmo, la temprana amonestación del pibe hizo que fuera reemplazado a poco de iniciar el segundo tiempo y Boca perdió su usina generadora de orden. Encima, con poco, Barcelona en ese inicio de etapa, arrimó algo del riesgo que no generó en la primer mitad y llegó a abrir el marcador a los 20 minutos. Derrumbado el primer plan (el de resistir) y obligado a buscar el empate, Russo tardó más de un cuarto de hora en meter los cambios que pedía el partido. Carlitos, Maroni y Zeballos saltaron juntos, pero solo faltaban 10 minutos. Igualmente en ese corto lapso se contaron con 3 claras situaciones de gol para empatar el partido. Hubiera sido lo más justo, pero el fútbol no entiende de justicia.
Ahora la cosa quedó así. Barcelona con 9 puntos viajará a la altura de La Paz, Boca con 6 puntos visitará a Santos que tiene 3 producto de la goleada de ayer a los bolivianos. Demás está decir la importancia de traer puntos desde Brasil para no tener que agarrar la calculadora y además de ganar los dos partidos de local empezar a sumar y restar goles a favor y en contra.
No es momento de dramatizar nada, faltan nada más ni nada menos que tres partidos, de los cuales dos serán de local, pero no podemos dejar de reconocer que se achicó el margen de error. Reconocerlo será un gran paso adelante
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