Buen triunfo de Boca ante Argentinos Jrs., por la mínima y como visitante. Bueno por lo que se vio en la cancha, por el contexto y de cara alo que viene en el futuro inmediato.
Se volvió a ganar en una cancha extremadamente díficil desde siempre, ante un adversario que creo un clima pesado en la previa por razones extrafutbolísticas y sobre todo se volvió a ganar de visitante luego de 7 partidos en la Superliga, con el agregado que se venía de hacerlo en esa condición en Paraguay con lo que se suman 2 partidos al hilo.
Pareciera, por ahora solo eso, que el cuerpo técnico está dejando ciertos dogmas que los hicieron ir al muere en muchos partidos y empiezan a leer correctamente lo que reclama cada partido, cada rival y sobre todo a hacer los ajustes mediante los cambios durante el partdido. Porque Boca no fue al ataque suicida que muchas veces practicó. Si atacó y metió presión en el primer cuarto de hora. Tocó de primera y en velocidad llegó y lastimó. Una clarísima mano-penal, olímpicamente ignorada por el árbitro y el línea (¿la terminarán con la gansada de la AfaBostera?) pareció ser el límite de ese juego. Luego de eso el equipo retrocedió unos metros, compartió el dominio de la pelota y contó con mayores espacios para hacer pesar la velocidad de Villa y los pases de Cardona. Promediando la etapa, Izquierdoz ganó limpito en un corner y marcó lo que sería el único gol. Hacía rato que no teníamos un zaguero central dominante en las dos áreas. Parece que lo encontramos. En desventaja Argentinos intentó adelantarse más, y encima comenzó a caer una lluvia copiosa que dejó un terreno resbaladizo y dificultó todo hasta el final, porque cada minuto llovía más fuerte. Si bien Argentinos atacaba solo preocupaba con tiros desde afuera, salvo al final de cada etapa, donde contaron con sendas chances para empatar, pero apareció Andrada. Si con Izquierdoz parece que encontramos el zaguero, con Andrada parece lo mismo con el arquero. Sobrio, seguro en las salidas, expeditivo en los rechazos y diciendo presente en las pocas veces que nos llegan. Ojalá siga así.
En el segundo tiempo, con todo a pedir de contragolpe, no lo supimos liquidar. Pipa tuvo dos claras, pero el arquero rival lo evitó. Y con la lluvia arreciando, Guillermo leyó bien el partido y metió a Nandez por el Pipa para reforzar el medio con más marca, Pavón entró a hacer pesar su velocidad por un Cardona agotado y Mauro reemplazó a Carlitos que fue de mayor a menor, se bancó el clima hostil generado hacia él, pero que venía decayendo en el rendimiento. Como déficit mayor queda el no haber sabido sacar una ventaja mayor que siempre estuvo al caer y se terminó sufriendo y dependiendo de una estupenda atajada de Andrada en la última jugada para llevarnos los tres puntos.
Se viene una semana tremenda. El miércoles la ida con Cruzeiro, el domingo el clásico. Los dos en casa. Los dos ante rivales que se hacen fuerte en el fondo y explotan los espacios con velocidad y voracidad. Dos pruebas exigentes para ver si lo que dijimos la comienzo de la evolución del cuerpo técnico es una realidad o solo un espejismo
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