Siempre es bueno traerse un empate desde Brasil y más aún de la manera que se consiguió este. En un partido chato, de bajo vuelo técnico, Boca cumplió a rajatabla su plan de juego. Mantuvo a Palmeiras lejos del arco propio, le cortó los caminos de juego y solo esporádicamente sufrió (sobre todo en el segundo tiempo) ante algún embate aislado de los locales. Recordar que Palmeiras venía con 5 goles a favor en dos partidos. Buen trabajo de una defensa que venia cuestionada y cumplió Rossi, otro que venía siendo observado con lupa.
Haciendo honor al teorema de la manta corta, Boca fue tibio en ataque. Bebelo y Pérez más preocupados en recuperar, muy tibio Cardona (¿su estado físico es el adecuado?) luego reemplazado por Carlitos , nuestras aspiraciones se reducían a alguna acción individual de Pavón, otra vez de buen rendimiento o una asistencia a Wanchope (que nunca llegó).
Asi las cosas se consumia el partido hacia un 0-0 inmodificable, cuando llegó el minuto 89. En una pelota intrascendente, solo, cerca de su área, Jara se tropieza, cae, le queda servido el ataque a un brasileño, centro rápido y gol. Baldazo helado. Solo quedaban los 4 minutos de descuento. Fueron suficientes. En devolución de gentilezas el lateral derecho brasileño erra un rechazo, Pavón desborda hasta el fondo y la pasa al medio para que Carlitos, bien de centrodelantero, en la boca del arco la empuja y pone justicia.
Muy valorable la reacción y que una vez más se rescate un resultado en la agonía. Muestra que no se dan por vencidos antes.
Ahora toca revalorizar este empate ganándoles en casa. Pero para eso faltan dos semanas. Hay que volver a cambiar el chip. Asi es este agitado abril.
Enviado desde mi smartphone Samsung Galaxy.
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