Si hacemos el gran esfuerzo de hacer abstracción de todo lo emotivo que se vivió en La Bombonera, y nos concentramos solamente en los 90´de juego, más allá del desencanto (bastante habitual por cierto) por el desempeño del equipo, quedan algunas conclusiones valiosas de cara al segundo semestre, que ya se viene encima.
Boca volvió a no perder, prolongando un invicto de 9 fechas, luego de este empate en 1. Pero volvió a dejar la misma sensación de equipo ciclotímico, con grandes variaciones de rendimiento dentro del mismo partido, con muchos, muchísimos horrores defensivos, y con mala lectura de los partidos desde el banco.
El partido fue en muchos aspectos un calco de los empates con Independiente, Arsenal o Quilmes. Largos minutos de dominio, poca efectividad para concretar, falta de oportunidad para “liquidar” el partido estando en ventaja y siendo superior, otorgamiento de facilidades al rival para que se levante, algún que otro fallo garrafal que le permita empatar y nula reacción con los cambios.
Ayer por caso, Luchetti cometió su enésimo horror, (y lo hizo por duplicado, solo que en el primero no supo definir Ferreyra, que si le facturo el segundo), Banfield empató promediando el segundo tiempo, y desde el banco se hizo todo al revés. Cuando Boca ganaba y el visitante quemaba cambios buscando armar un bloque ofensivo (en el primer tiempo se paró con un solo delantero y no llegó nunca), Falcioni saca a Mouche, que molestaba a toda la defensa rival, para poner a Rivero (que debía entrar seguro, pero por Colazo), manda a Román (flojo partido, solo pinceladas de talento) como media punta con Martín, y hace desdoblar a Pochi a traer la pelota y desbordar por la punta. Ya con el empate de Banfield, mete a Noir y saca a Colazo, para volver al mismo esquema. O sea quemó 2 cambios y perdió minutos preciosos para intentar lo anterior. Incomprensible.
Con 18 fechas jugadas las conclusiones se caen solas. Falcioni no está a la altura del banco de Boca. Si bien la campaña (ya habrá tiempo de analizarla en detalle), mejora respecto de las anteriores, lo hace en un porcentaje demasiado pequeño teniendo en cuenta la inversión realizada. Pero hay que ser realistas. En medio de un año electoral, y a 6 meses de las elecciones, esta dirigencia que se destaca por su habitual incompetencia no se va arriesgar a desangrarse en otro cambio de técnico. Apostarán a la mediocridad conocida.
Entonces, asumiendo la continuidad de Falcioni, roguemos que tenga al menos buen tino para elegir los puestos a reforzar y los jugadores a traer.
Es evidente que se necesita un arquero. Ni García, ni Luchetti están en condiciones de ser titulares en Boca. La Bombonera a pleno silbando a Luchetti en cada intervención de los últimos 15 minutos es una muestra lapidaria que no puede ni pensarse en retenerlo aunque sea a préstamo. García, algo más bancado por la gente solo por ser del club, ya ha tenido muchas oportunidades y las desperdició a todas.
La defensa a todas luces hay que refundarla. Asumiendo la partida inminente de Monzón, Clemente debe volver al lugar que mejor rinde, el lateral izquierdo. Por ende, se necesita un lateral derecho, pues a Calvo se dice que no se le renovará el contrato, y Cellay, otro habitual en el puesto vive más lesionado que en condiciones. En el centro de la zaga se impone renovación urgente. Ni Caruzzo ni Insaurralde pueden ser titulares, a lo sumo uno de ellos podría quedar como complemento de un plantel. Vuelve Roncaglia, hay un par de chicos prometedores (Sauro y Ruiz). Alguien con voz de mando deberá venir. ¿Schiavi? 38 años de edad debieran ser un disuasivo si se piensa en un proyecto a mediano plazo. Para esta C.D. con fecha de vencimiento 6 meses es largo plazo, así que puede ser.
En el medio, a priori, con lo que hay, y algunos retornos, sino venden mucho, debiera alcanzar. Si o si es necesario comprar a Rivero. El precio de su pase es exiguo comparado con su rendimiento y la cantidad de lugares en los que se puede ubicar.
Adelante, algo hay que traer. Retirado Martín y sobre todo si se concretan las ventas de Mouche y el pibe Araujo se necesitan al menos 2 delanteros, en lo posible mixtos, que puedan ir tanto por adentro como por afuera.
El diagnóstico es fácil y cualquiera lo ve. Si están los recursos para traer lo necesario, es otro cuento. Y si los recursos están que se haga la elección correcta, es más difícil todavía. El caso Erviti (novelón para traerlo, inversión cuantiosa y nulo rendimiento) está fresco. Y los responsables son los mismos.
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