29/6/11

De copas y Selección

   Septiembre de 1993, Colombia nos pega un paseo histórico en Bs. As. 0-5, la Selección Argentina pasa al repechaje solo por algún gol de diferencia. Catástrofe, Vergüenza, titulan diarios y revistas. A mí personalmente la mufa me duró más o menos media hora. Menos que en un empate de Boca.

   Mundial Corea-Japón 2002, madrugada. La selección se juega el pase a octavos de final con la obligación de ganarle a Suecia. Empata 1-1, afuera en primera ronda, el mayor fracaso desde Suecia 1958. Un país “de luto”. Me di vuelta en la cama y dormí como si tal cosa.

   Dos ejemplos al azar que muestran como me cuesta engancharme con la Selección, más allá que después uno mira Eliminatorias, Copa América y por supuesto Mundiales, y ha gritado los goles y ha festejado triunfos (siempre con moderación comparados con los de Boca). Ojo también se ha vivido como luto el dóping del Diego en el ´94, o se ha gritado más de lo común los goles a los ingleses o los de la final de México o el del Cani a Brasil, pero la relación no deja de ser ambigua.

Y como nadie es único, supongo que esto le debe pasar a muchos, y no solo hinchas de Boca.

   Dicen que existe el hincha de la Selección y el futbolero. Que el primero se distingue por engancharse solo con la Selección, ir a la cancha en esos partidos y aplaudir a los jugadores, no darle mayor importancia al día a día del fútbol. Y por otro lado, los futboleros. Los que dedicamos horas cada día para estar al tanto del marcador lateral derecho que compró Gimnasia o como le va al pibe que Boca le dio a préstamo a la U. Católica para sumar minutos. Que miramos los amistosos del equipo, esperamos con ansias el sorteo del torneo y discutimos hasta el último cambio.

    Y debe ser cierto nomás. Faltan 48 horas para que debute Argentina, y la verdad, poca bola le he dado al hecho. Obvio miraré el partido, hasta quizás me enganche y escriba algún post. Disfrutaré a Messi, a Carlitos, me pondré exigente con el nivel de juego de la Selección y le pediré cosas que ni por asomo le pediría a Boca, mientras gane.

   Bueno, ahora a mirar más o menos con que rivales nos toca, y cuantos clasifican por grupo. A ver si de una vez me entra el Espíritu de la Copa América. Amén.

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