13/4/10

Simplemente Martín, cuando sobran las palabras

martin record 2

   El 2 de mayo de 1926, una semana después de debutar, Roberto Cherro gritaba el primer gol oficial en Boca, en una victoria 5-0 sobre El Porvenir en cancha de Ferro. Fue el segundo gol de la goleada y también marcaría el tercero. Nadie sospechaba lo que vendría.

  Durante 12 años, Cabecita de Oro, fue cimentando una carrera que terminaría en mito. Fueron 305 partidos los que jugó con la Xeneize, fueron 318 los goles que convirtió y 7 las vueltas olímpicas que dio.

   El 18 de septiembre de 1938, convirtió su gol 218, a los 24´de un 3-3 frente a Talleres de Remedios de Escalada, siete días más tarde, jugaba su último partido, en una derrota frente a Racing 1-2, en cancha de Ferro (se estaba construyendo La Bombonera), siendo expulsado a los 42´. Nacía la leyenda.

   Pasaron los años, los lustros y las décadas. El fútbol se hizo más amarrete y ya nadie se acuerda de aquel lírico 2-3-5 que generaba goles por doquier.

   El 30 de septiembre de 1997, 27 días después de su debut, Martín Palermo marcaba su primer gol oficial en Boca. Fue al minuto de juego, del triunfo 2-1 frente a Independiente por el Apertura de ese año. Nadie sospechaba lo que vendría.

   Jugó 3 años y 3 meses en su primer ciclo en el Xeneize. Convirtió 91 goles y dio 5 vueltas. Fue goleador record de los torneos cortos con 20 goles en el Apertura ´98, que se ganó en forma invicta, record aún vigente. Se rompió los ligamentos en octubre de 1999, y así roto convirtió el gol 100 de su carrera ante Colón en Santa Fe. Volvió después de 6 meses, en la revancha ante River por cuartos de final de la Libertadores 2000. Jugó menos de media hora y convirtió el tercer gol, “el de la muleta”, en el descuento. Jugó la final de la Libertadores en el Morumbí y convirtió su penal en la definición que nos dio la Copa luego de 22 años. Fue el gran protagonista de la Intercontinental ante Real Madrid, en Tokio, conquistando los dos goles que pusieron de rodillas al coloso. Convirtió su último gol de ese ciclo ante San Lorenzo, en el 1-0 del 3 de diciembre que nos dejaba de cara al tricampeonato del año, que se haría realidad dos semanas después. Se fue como un verdadero mito. Nadie sospechaba lo que vendría.

   Volvió el 15 de agosto de 2004, ante Lanús en un empate 0-0 y salió expulsado a los 44´del primer tiempo. Volvió a convertir dos semanas después cuando marcó los 2 goles de la victoria 2-1 ante Rácing. No paró más.

   Se sucedieron 8 vueltas olímpicas, se sucedieron goles de toda marca y factura. Se volvió a romper los ligamentos en el 2008. Volvió y siguió dañando redes.

   El 12 de abril de 2010 quedará en la historia Xeneize como el día que comenzó a establecer un nuevo récord de goles. Con 2 goles ante Arsenal, en el triunfo 4-0 ha llegado a 220 goles en partidos oficiales, en 361 partidos jugados. No sabemos en cuanto quedará el récord. Pero si pasaron 72 años para que este alumbrara, seguramente no viviremos para ver el próximo. Pero a no lamentarse, todavía hay mucha pólvora en esos botines, en esa cabeza. No habrá aún, descanso para nuestras gargantas.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario