Quinto equipo que lucha por salvarse del descenso al cual no podemos derrotar. Ya habíamos empatado con los tucumanos (0-0) y caído con Rácing (1-2), Rosario Central(1-2) y Chacarita (1-4). Ahora le entregamos los tres puntos a Gimnasia, cayendo en el Bosque después de 1o años por 0-1.
Otro chato partido de Boca, que en todo momento pareció “sobrar” el partido, mientras el rival disputó cada pelota como si fuera la última. Como lo hizo el propio Boca en el súper y la semana pasada contra Arsenal, pero parece que a este equipo la sangre le bulle solamente cuando tiene la soga al cuello.
Y si a la “tranquilidad” con que enfrentamos los partidos, le sumamos que las que tienen que entrar pegan en el palo, que los claros penales que nos cometen son invariablemente un siga-siga, entonces la cosa viene de mal en peor.
No fue el peor partido de Boca, sino que estuvo a tono con la chatura general del semestre. Seguramente se pudo haber empatado, sobre todo con lo que sucedió después del gol local, cuando acuciados por el resultado fuimos al ataque, Gimnasia optó por meterse cerca de su arco y Pompei puso toda la carne al asador (entraron Mouche, Viatri y Marino), Marino la estrelló contra el palo, Martín le erró a la pelota con el arco solo, el arbitro ignoró dos claros penales. Pero tampoco podemos obviar que antes de esto, García fue nuestra figura sacando tres pelotas tremendas y Morel le siguió en orden méritos sacando e interceptando pelotas por todos lados. Gimnasia nos dominó durante todo el primer tiempo y parte del segundo (hasta el gol de Pérez) con el simple argumento de escalonar dos líneas de cuatro y dominar el medio con el doble cinco formado por Aued y Rinaudo, eso con la salida rápida de los volantes por afuera, Encina y Romero, más la rotación constante de los dos delanteros fue suficiente para que llegaran asiduamente y por lo general con peligro hasta nuestro arco. Muy flojo Insúa, sobrepasado Erbes, escasamente utilizado como salida Medel, lo mejor o al menos los mejores intentos pasaban por los pies de Chávez, que no alcanzaban para abastecer a un errático Gaitán y a un desconocido Palermo, extrañamente impreciso y sin “olfato goleador” durante todo el partido.
Así se consumió otra estación de este Calvario de semestre. Lo bueno es que solo faltan 4 partidos para terminar (San Lorenzo, Independiente, Huracán y Banfield), lo malo es que nada indica que podamos sacar una buena cantidad de puntos.
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