Festejemos hermano Bostero. Festejemos con todas las ganas que bien lo merecemos. Llegó otro campeonato, otro título bien sufrido. Bien a lo Boca. Y como no podía ser de otra manera en el semestre en que nos pasaron todas, nos siguieron pasando en el último partido.
¿Qué podía pasar si estaba todo dado para campeonar sin sobresaltos?. Siempre algo puede pasar. Y en un partido con mas tensión que juego, con un rival impotente que no arrimaba peligro, mientras Boca bien paradito manejaba la pelota, llegaba en escasas ocasiones pero no sufría para nada, aparecieron los fantasmas del 2006. Un ollazo más de los que tiró Tigre, un centro más que fácil, García que no salta, Lazzaro que anticipa, el marcador 0-1, Tigre a un gol de la gloria y más de 20 minutos por jugar. Y si bien, ahora en frío te das cuenta que no pasamos ningún sofocón de ahí en adelante, la ventaja de solo un gol nos puso nervioso a todos.
Ahora nos enteramos que el pibe García jugó infiltrado y que pasado mañana lo operan de pubialgia, pero, decí la verdad, ¿no te acordaste de la madre, la hermana y demás familiares del pibe?. Seguro que si, por más que el muchacho tenga unas condiciones enormes, fueron demasiadas macanas una atrás de otra.
Pero llegó el final y estalló el festejo. En cancha de Racing, en el centro de Buenos Aires, en todos los rincones y en cada uno de los pueblos del país.
Fuimos los campeones de la angustia. Los que superaron todos los escollos imaginables. No nos sobró nada de nada, pero es un verdadero milagro y un homenaje al coraje de todos los jugadores que nos alcanzara.
Tres equipos empataron el primer puesto y los tres terminaron empatados en tres puntos el triangular final. Y fue finalmente el gol de Pochi Chávez contra San Lorenzo el que determinó el final con festejo bostero en todo el país y gran parte del mundo.
Dos consideraciones finales. Clap Clap Clap para el Tigre de Diego Cagna. Impresionante campeonato del Matador, un cabal campeón moral. Finalmente, por favor, dirigentes y muchachada de Nike, es muy linda, pero cambien esa camiseta amarilla cuanto antes. El partido con el Barcelona y los dos de este semestre con Tigre avalan este pedido.
Entonces haceme caso hermano, festejá tranquilo y con ganas, sacá pecho y dejá que la gilada diga pavadas, ¿sabés cuantos quisieran estar en el lugar nuestro?, pensá que algunos tienen 19 equipos arriba y pretenden hablar.
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