Tres victorias consecutivas. Siete partidos invictos en fila, con 6 triunfos. Boca está cerrando el semestre con muchos motivos para el optimismo, sobre todo luego de ver el triunfo de ayer ante Newell´s Old Boys, un equipo bien trabajado como todos los que dirige Heinze.
Si la fecha pasada hablamos de un Boca que ilusionaba en ataque pero que dejaba muchas dudas en defensa, esta vez, la imaginaria moneda se dio vuelta y mostró una cara mucho mejor en la fase defensiva. Y en ataque, fue más efectivo que vistoso, aunque al final pecó de falta de efectividad, porque de otra manera el resultado de 2-1 hubiera sido mucho más amplio.
Acertó Almirón con el cambio de esquema. Y sorprendió, al salir con tres centrales (Figal-Valdéz-Valentini), con los laterales bien subidos (Weingadt-Fabra) un eje central con los Fernández (Equi y Pol) que se intercambiaban entre ser posicional o salida, con Medina y Barco sueltos a espaldas del mediocampo visitante y sin dar referencia a los centrales que tenían que lidiar con un Merentiel muy útil para el equipo pero que debió sacrificarse y tuvo pocas situaciones de lucimiento.
Hemos visto una cara pragmática del dt. que ha adaptado el esquema a los jugadores con los que dispone y de forma tal de molestar en lo más posible al rival de turno. Como todo hoy por hoy lo relacionamos con la Libertadores que está a la vuelta de la semana es un motivo más por la ilusión.
Ahora solo queda un clásico en Avellaneda el próximo sábado para terminar el torneo y encarar, a los 4 días el desafío de octavos de final de la Libertadores. Veremos que decisión toma Almirón en cuanto a la conformación del equipo titular, si arriesga titulares para una última prueba, si pone un mix o aprovecha a darle minutos a los que juegan poco. Pero eso será tema de los próximos días, por ahora disfrutemos este presente e ilusionemonos con lo que viene. Nos sobran los motivos.
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