9/4/23

El mismo deseo de siempre

 Antes que nada, perdón por la autoreferencialidad.

Nací en  1966, mi viejo me hablaba del Boca de Di Stéfano (1969) y del Boca de Rogelio Domínguez, que jugaba muy lindo y nunca salió campeón. Mis recuerdos futboleros comienzan con el Boca del Toto, 2 torneos locales (Metro y Nacional 76, final a las gallinas incluída), 2 copas Libertadores y 1 Intercontinental. Fue tocar el cielo con las manos. A partir de ese momento y por casi 2 décadas soñé que cada técnico que llegaba a Boca superara al mítico Toto.

Y así desfilaron ídolos como el Rata Rattin y Silvio Marzonlini, otros como el Polaco Cap, Carmelo Faraone, Dino Sani, don Alfredo otra vez, Marito Zanabria, Menotti, Saporiti, la vuelta fallida del Gran Toto, el Pato Pastoriza, el Cai Aimar que cortó la sequía de los 80 con la Supercopa y la Recopa. Pido perdón a los puristas por alguna omisión o por el orden citado. Va de memoria y sin google. En los 90 el gran Maestro Tabarez nos sacó de los 11 años de sequía local, Habbergger, la vuelta de Menotti, la vuelta de Marzolini, Bilardo, el Bambino. Todos desfilaban con mayor o menor suerte y siempre con el deseo al llegar que "fueran más grandes que el Toto".

Hasta que llegó el Virrey. Y ganó todo entre el 98 y el 2001. Y ya la vara de comparación cambió. A partir de ese momento desee que el Maestro en su vuelta lo superara. No pudo ser. Volvió el Virrey. Y volvió a ganar todo. Ahora la vara ya es casi imposible. Pero lo seguí deseando. Y pasó Miguelito Brindisi rapidito, y el Chino nos dió un Sudamericana y un escándalo de aquellos. Y vino el Coco, clavó 5 vueltas olímpicas en un año y apuntaba a ser...pero don Julio se lo llevó a la selección. Y vino La Vol...no, a ese nefasto ni siquiera nombrarlo para no darle entidad. Miguelo Russo nos llevó a la sexta Libertadores, pero duró un año. Vino Ischia, volvió el Coco, pasó el Chueco Alves, llegó y se fue con pena y sin gloria el Bichi Borghi, el Emperaror Julio César Falcioni nos dió un par de títulos y una final de Libertadores, volvió el Virrey, pero no fue lo mismo y se sucedieron el Vasco, el Guille, el Profe Alfaro, volvió Miguelo, Seba Battaglia, el Negro Ibarra. 

Todos dejaron su sello y muchos de los citados varias de las 74 estrellas que lucimos orgullosos.

Ahora toca recibir a Jorge Almirón con el mismo deseo de siempre. Que esté mucho tiempo en el banco, que gane muchos títulos, que las nuevas generaciones lo tengan de nueva vara de comparación. Si eso pasa, todos seremos un poquito más felices. Porque ante todo y contra todos está Boca. Pasan los técnicos, los dirigentes y los jugadores. Nosotros y el sentimiento seguiremos estando, acá o en la cuarta bandeja.

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