Boca goleó 3-0 a Huracán prolongando una racha positiva en el Ducó que viene desde 1994, se colocó tercero en el torneo y si algunos resultados ayudan entre hoy y el próximo jueves hasta puede prenderse en la definición del torneo, algo que hace solo dos semanas parecía imposible.
Pero no hay que llamarse a euforias desmedidas ni a descorches anticipados. El resultado de ayer no debe engañar. Costó y mucho en el primer tiempo, Rossi fue figura en la primer media hora y los méritos comenzaron a acumularse luego que Almendra, al igual que contra Lanús definiera desde afuera. Muy buen partido del volante, la figura junto con Rossi.
Y el segundo tiempo, que empezó con características similares al primero, con Huracán presionando alto, molestando mucho, llegando seguido y pagando caro la falta de definición, comenzó a definirse con un error garrafal de Quillez que tocó para atrás sin mirar y habilitó a Vázquez cara a cara con Marcos Díaz que nada pudo hacer para evitar el segundo gol. A partir de ahí, los 35 minutos restantes casi que estuvieron de más, solo hubo tiempo para que a Weingadt, como la fecha pasada, le cometieran un penal, que esta vez Rojo convirtió para dar cifras definitivas.
A los ya dichos buenos rendimientos de Rossi y de Almendra, hay que añadir el laburo silencioso de Montes, algunos momentos de Molina (por ahora rinde mucho más viniendo desde el banco) y el flojo partido de Izquierdoz y de Rolón. Una muy buena fue el ingreso de Ramírez que ya está de vuelta y será muy importante como interno izquierdo con su característico cambio de ritmo, además que permitirá soltar a Almendra y que pueda moverse con más libertad.
Estamos terceros. Parece casi natural y un objetivo de mínima para Boca. Pero no hay que olvidar que no hace tanto, Battaglia asumió con el equipo en el puesto 24 de 26 participantes. No será fácil, pero si se logra enhebrar un racha de algunos partidos más ganando, ojo, no sea cosa que muchos comiencen a preocuparse.
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