No se pudo

 Se pudo ganar, pero el arquero rival sacó tres claritas y el palo devolvió otra. Se pudo perder, pero Rossi estuvo acertado y el palo nos salvó una vez. Fue empate en 0, que desde lo numérico sirve de poco y que en el rendimiento sobre todo después de los cambios en el segundo tiempo dejó algunas dudas.

Como mérito hay que citar que enfrente tuvimos a un equipo bien trabajado, que le gusta tener el control de la pelota y el dominio del juego (tiene grandes aspiraciones tácticas y estratégicas aunque le falte categoría de intérpretes) y sin embargo la mayor parte del partido se jugó con dominio Xeneize. Claro que sufrimos en algunos lapsos y sobre todo faltó la última puntada, algo de aceleración en el tramo final de la cancha. 

El primer tiempo fue bueno, con Molinas manejando el medio, asociándose con Ramírez y explotando a Vázquez. Esta vez no pesaron tanto los laterales, Weingadt con alguna merma física y Sandez más contenido defensivamente. Briasco tuvo un rendimiento aceptable y el Pulpo fue de los puntos más bajos, sin influencia en el juego. A poco de comenzar el segundo tiempo Battaglia hizo ingresar a Pavón por Molinas y Fabra por ya amonestado Sandez. Esto implicó un cambio de esquema pasando a jugar 4-3-3. No dio el resultado esperado. Pavón no rindió lo esperado, como tampoco después Orsini reemplazando a Vázquez. Ahí el equipo quedó partido, pasó a jugar en su propio campo y a apostar a un hipotético contragolpe que no llegó. En los últimos minutos entró Zeballos por Briasco y demostró con pocos minutos que merece que se apueste por el un rato más prolongado.

El invicto de la era Battaglia continúa, las sensaciones siguen siendo buenas. Estamos relativamente lejos de la punta. Falta mucho aún, será difícil pero no imposible pelear por la cima. Que no decaiga. Vamos Boca.