Temperley fue un rival disciplinado e incómodo que salió con un plan de juego sencillo y eficaz al que Boca no le encontró la vuelta durante largos pasajes. Se planto con un nítido 4-4-2 en tres cuartos de su propio campo, lejos de su arquero y aplicados a marcar y presionar. Como Boca se planta a partir de tres cuartos de su propio campo todos se amontonan en 30 metros, sobran piernas y faltan espacios. Para contrarestar eso se necesita movilidad, ensanchar la cancha y cambio de ritmo. Y eso lo tuvimos en dosis homeopáticas.
Con Nandez y Barrios dedicados sobre todo a la marca, con Carlitos como mediapunta, pero que solo en contadas ocasiones se hace eje del juego y con Bou arriba moviendose mucho y aportando poco el volumen de juego de Boca se reduce a lo que con intermitencias haga Cardona, alguna apilada de Pavón o las escaladas de los laterales. Demasiado poco.
Por suerte en el segundo tiempo Temperley no aguanto el desgaste y se refugió cerva de su arquero. Y entonces se le hizo más difícil resistir. De todas maneras se necesitó un "zapallazo" de Fabra para destrabar el resultado. A partir de ahí y ya con Wanchope en cancha, aparecieron los espacios y las situaciones. Pero el palo, la mala puntería y buenas intervenciones del arquero (incluyendo un penal ridículo que le dieron a Carlitos y que le atajo) dejaron el suspenso hasta el último minuto, porque si bien el visitante no generó mayor riesgo, la estrechez del resultado hacia que cualquier avance preocupara.
Se ganó y se debe mejorar mucho. Sin Pablo Pérez ni Gago cuesta mucho generar juego. Sebastián Pérez no aparece como alternativa para el dt. ¿Llega la hora del "Bebelo" Reynoso?
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