Semifinal
Partido de vuelta
Superclásico
27/11/2014
20.45 hs.
Arbitro: Germán Delfino
Estadio: Antonio V. Liberti
Tv: Fox Sports y Canal 7
HISTORIAL EN TORNEOS INTERNACIONALES
Jugados: 25 partidos
Boca Jrs. ganó: 10 (29 goles)
Boca Jrs. perdió: 6 (19 goles)
Empataron: 9 partidos
Y llegó el momento de la definición. Solo uno avanzará a la final y el otro quedará mascando bronca. La cátedra los bendice a ellos, la historia dice otra cosa.
¿Qué partido se verá?. ¿Ellos, obligados por la localía saldrán a forzar el ritmo, o intentarán otro planteo timorato como el de La Bombonera?. Viendo la formación que se supone saldrá a la cancha y con el antecedente fresco del partido con Independiente, se pueden sacar algunas conclusiones de lo que el Vasco piensa que será el partido.
Por de pronto, todo indicaría que Chávez se quedará afuera del once inicial, aquejado por una sobrecarga en el isquiotibial y será reemplazado por Gigliotti, pasando Carrizo a jugar por izquierda. El Pachi ya le había ganado la pulseada por la titularidad a Fuenzalida, pero si jugaba el Comandante lo haría por derecha.
Pasado en limpio, sin Chávez el equipo sería: Orión, Marín, Forlín, Cata, Colazo, Gago, Erbes, Meli, Carrizo, Gigliotti y Calleri.
Sería un 4-4-2 “flexible”, en la terminología del cuerpo técnico, en el que la dupla de doble 9, iría a presionar directamente la salida de los centrales rivales, un aspecto débil en el andamiaje del rival. La presencia de Carrizo alternando en el medio y en la delantera, tendrá por objetivo por un lado frenar las subidas de Mercado y a su vez preocupar a este y a Sánchez cuando se mande hacia arriba. Cabría pensar que el Vasco sueña con un partido como ante Cerro Porteño en Paraguay. Bien parados en el medio, presionar sobre la salida y aprovechar los espacios que queden en ataque. Como en Paraguay, roguemos por la efectividad, pues un solo gol de Boca obligará al rival a ganar si o si para poder avanzar. Hacerlos correr y desgastarse con el correr de los minutos puede ser decisivo, toda vez que parecen llegar al límite tanto en lo físico como en lo mental. Obviamente, será clave aguantar la primer mitad del primer tiempo sin recibir goles, cosa que el marco que seguramente será imponente, comience a jugarles como una presión en contra.
De nada sirven los antecedentes ni los momentos de cada uno. El clásico es especial, y puede darse vuelta por cualquier imprevisto. Pero nos sobra confianza en el trabajo de nuestro cuerpo técnico y en como vienen respondiendo los jugadores. Es más, luego de la angustiosa clasificación ante Capiatá el equipo, sean quienes sean los que lo integren vienen en un tendencia hacia la mejoría de forma constante. Pasar otra vez en la cancha de ellos, rodeados de su público, sería el golpe anímico que se necesitaría para empezar a soñar en serio con un gran futuro.
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