Será difícil encontrar a algún Bostero conforme con la actuación del equipo en el segundo tiempo. Tampoco será fácil encontrar alguno que, dejando de lado el eterno e irracional optimismo que todos tenemos, pensara seriamente que le íbamos a ganar a Vélez antes del partido. O sea, el 1-0 (Silva ratificando la ley del ex) ha sido tan inesperado como importante. La forma en que se consiguió es lo cuestionable. Lo deseable vs. lo posible.
¿Puede Boca, a esta altura del año jugar mejor?, difícil saberlo, hasta ahora ha dado muestras de jugar muy mal, y justo en el partido más difícil, frente a uno de los mejores equipos, al menos rescató actitud y solidaridad en el juego del equipo, pero volvió a fallar en rendimientos individuales y en coordinaciones, sobre todo defensivas. En especial en el segundo tiempo, donde Vélez nos metió contra el área propia, forzó a Boca a armar dos líneas de cuatro bien cerca de Orión, y buscar un contragolpe salvador vía Acosta y Silva, que nunca llegó. Por lo tanto todo fue aguantar y reventar la pelota (la mayor parte de las veces sin ton ni son), y confiar en la seguridad de Orión y en la mala tarde de Ferreyra que erró un par de goles difíciles de creer.
Antes de ese segundo tiempo, digno de equipos acostumbrados a pelear en el fondo de la tabla, hubo un primer tiempo. Y en ese período inicial la imagen de Boca fue bastante mejor que sobre el final. Peleó más arriba (gran despliegue de Erbes), Clemente subió mucho y con criterio, tuvo buen desempeño Pol Fernández, Silva peleó todo y a todos, además de marcar el único gol del partido, acallando todos los silbidos e insultos de la hinchada local y atrás no se sufrió demasiado. No fuimos un dechado de virtudes, pero, al igual que en la primer etapa ante Newell´s se dejó una buena impresión.
¿Qué pasa en los segundos tiempos?, ¿merma física o decisiones tácticas?, ¿superioridad del rival de turno?. Al menos en el caso de ayer un poco de todo eso. Vélez consciente de los que se juega, se vino con todo, nos dominó durante todo el período y no empató (y ganó), por esas cosas que tiene el fútbol y lo hace tan apasionante. Tantas veces sufrimos cosas parecidas, que por una vez que se nos da a favor no es para quejarnos mucho.
Pasaron dos partidos tremendos en la previa, con los dos rivales que hasta ese momento estaban más encumbrados en la tabla. Se sacaron 4 puntos de 6. Obviando rendimientos y nivel de juego, cosecha óptima. Tan es así que lleva a lamentar tanto punto perdido antes que hubieran permitido luchar por el título. Puntos claves para el último objetivo del año, que es pasar a la próxima Libertadores. Por ahora estamos adentro. Seguir con la cosecha de puntos será clave para alcanzar el objetivo. Eso si, habrá que mejorar lo del segundo tiempo y mucho. Jugando así, difícil será ganar puntos. “Algún día la suerte se acaba”, dijo un tal J.R. Riquelme, y de juego, ese muchacho, algo sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario