Segundo cero a cero consecutivo y el sabor amargo que de ver que todo se complica y mucho. El campeonato, está obviamente perdido. Ocho puntos nos separan de la punta con doce en juego, aún un triunfo ante Vélez el próximo domingo que nos dejara a cinco puntos sobre nueve en juego no cambiaría el pronóstico. Y el ingreso a la Libertadores también está muy comprometido. Hasta ahora estamos adentro (siempre y cuando el campeón sea Vélez o Newell´s), pero Lanús ya está a 2 puntos y enrachado en triunfos.
Anoche se jugó un primer tiempo aceptable para lo que es la actualidad de Boca. Sin brillos ni nada parecido, pero al menos bien plantado en la cancha (Orión fue espectador de lujo), se intentó presionar la salida del rival, se buscó en velocidad por las puntas, y hubo llegadas. Al menos cuatro revolcones de Guzmán que evitaron la apertura del marcador. Mucho despliegue de Erbes, Fernández y Erviti, criterioso Paredes, muchas subidas de Clemente, bien parada la defensa, mucho movimiento de Acosta y Silva (aunque no demasiado productivo), el caso es que ante uno de los mejores equipos del certamen, Boca dejó una buena impresión en el primer tiempo.
Pero si en la etapa inicial se estuvo muy cerca de adelantarse en el marcador, en el complemento esa posibilidad no estuvo nunca. Ajustó Newell´s su presencia en el medio, metió a Boca en su propio campo, lo obligó al pelotazo buscando un hipotético contragolpe, ya no pesaron Paredes ni Fernández, por ende Acosta y Silva quedaron aislados y el que pasó a ser espectador de lujo fue el arquero visitante. Y no es que los rosarinos hayan tenido un dominio abrumador y absoluto. Pero ópticamente estaban bien parados, hacían circular la pelota con criterio, y si bien no fue la figura del partido ni mucho menos, Orión empezó a tener trabajo, al punto que en la última jugada del partido, Sosa salvó casi sobre la línea lo que hubiera sido el triunfo leproso.
Duele ver la impotencia de Boca en el segundo tiempo, con los minutos que se iban y la obligación de ganar a cuestas. El aroma a fin de ciclo en inocultable, y si bien, se mejoró algo el paupérrimo nivel mostrado ante Colón, no alcanzó. No alcanza a este ritmo para alcanzar ninguno de los objetivos planteados a principio de este campeonato.
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