“Paredes es mi sucesor y no me voy a quedar para taparlo”, palabras más o menos ese es el sentido de lo que dijo Román, en su despedida de Boca. Y Falcioni, que en un principio decidió jugar con enganche (Chávez), no lo tuvo en cuenta. Como tampoco lo tuvo en cuenta, cuando, a fuerza de malas actuaciones decidió prescindir de Chávez.
Pero no fue esa la única decisión incomprensible de Falcioni. Mantuvo durante 12 fechas un sistema de doble 9, que se veía desde la primer fecha que no funcionaba. Y no es todo, ni mucho menos. Puso al joven “Pol” Fernández como titular ante Estudiantes, ni siquiera lo concentró contra el campeón de la B Nacional y ayer nuevamente titular. Y estos son solo tres ejemplos de los muchos desaguisados que llevaban a Boca a estar 5 fechas sin ganar, y a estar alejándose de toda lucha.
Pero algo pasó después del agónico empate del pasado domingo. De pronto, ni bien empezada la semana de entrenamientos se vio que Falcioni pensaba, poner, ¡por fin!, un equipo muy parecido al que pedíamos la mayoría. Con la defensa de siempre, pero con profundos cambios del medio para adelante, en nombres y en sistemas. Volvió “Pol” a la derecha, Erbes ocupó el lugar del suspendido Somoza, Erviti mantuvo su lugar (y jugó gran partido), y entró Paredes, siendo mitad enganche, mitad volante por izquierda, y sobre todo, se rompió el doble 9, entrando Acosta a acompañar a Silva por afuera.
Y los cambios respondieron, y el equipo todo fue distinto. Corto, sin grandes espacios entre líneas, lastimando al rival en los momentos adecuados, con la gran actuación de Paredes, con el buen acompañamientos de muchos, pibes (Pol, Erbes), y también de veteranos (Schiavi), pero con un notable cambio a nivel actitud, prestación y solidaridad. Fue 3-1, pero no nos creamos que es para hacer sonar campanas y echar a volar palomas. El rival fue un equipo muy mediocre, un San Lorenzo que no puede con su alma y coquetea cada vez más con el descenso. Pero tampoco debemos ignorar que es un rival al que históricamente nos cuesta vencer, y que veníamos de mal en peor, a nivel juego y anímico.
Es para festejar que Falcioni haya cambiado. Solo restan esperar dos cosas. Que no sea tarde, y que se mantenga en este camino, más allá de algún resultado negativo. Se está empezando a transitar el futuro. Y el futuro de Boca tiene nombres propios: Albín, Burdisso, Pol Fernández, Erbes, Paredes, Sánchez Miño, Acosta y varios más que vienen pidiendo pista. El ciclo Falcioni está llegando a su fin. Darle confianza y minutos a estos muchachos puede ser su legado más duradero.
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